Los quince pecados

El último mensaje del Papa a la curia romana y sus alcances en la política peruana

El Papa acaba de lanzar una crítica radical a la curia romana que, en realidad, parece ser un mensaje dirigido a los políticos del mundo (“Oye Juana, para que escuche Chana”), más allá del dogma religioso (los ácratas admiramos la belleza del jardín ajeno). Francisco, el 22 de diciembre a través de la web oficial del Vaticano, “INFOVATICANA”, ha difundido la tesis “Los 15 pecados de la curia”, que contienen dicho mensaje.

Aquel se resume así: “Sentirse indispensable, no hacer autocrítica, sentirse elegido, vanagloriarse, pertenecer a círculos cerrados, la mundanidad y el exhibicionismo.”   Veamos el programa político de Francisco:

Primero: “Una Curia que no hace autocrítica y no se actualiza y no intenta mejorar es un cuerpo enfermo”. Invitó a los sacerdotes a visitar los cementerios para ver los nombres de tantas personas “que se creían inmortales, inmunes e indispensables”.  Si las organizaciones políticas no son autocríticas se vuelven dogmáticas. No existen los indispensables. Los únicos inmortales están en los cementerios. Más claro no podía ser.

Segundo: “El complejo de sentirse un elegido y del narcisismo”. El caudillismo, y el mesianismo narcisista en la política no sirven. La política es una tarea colectiva.

Tercero: El “excesivo trabajo” el “endurecimiento mental y espiritual”, que “impide llorar con los que lloran y alegrarse con los que se alegran”; “la excesiva planificación” y “la enfermedad de la mala colaboración”. Una sátira al espíritu burocrático de los políticos que les impide sentir la tristeza y la alegría popular.

Cuarto: El “Alzheimer espiritual”, que se observa en “quien ha perdido la memoria de su encuentro con el Señor y depende sólo de sus propias pasiones, caprichos y manías y construye a su alrededor muros y costumbres”. Los políticos que olvidan sus convicciones caen en el individualismo ramplón.  

Quinto: “Cuando la apariencia y el color de los vestidos y las insignias de honor se convierten en el objetivo primario de la vida”. Los políticos que aspiran al reconocimiento y a los honores vanos del poder son los que hacen de su vida un vil negociado.

Sexto: “La enfermedad de la esquizofrenia existencial” está presente en los que viven “una doble vida fruto de la hipocresía típica del mediocre”. La hipocresía para llegar, el “Sí presidente” para obtener un puesto, una candidatura, para “avanzar”, los hace repudiables como personas.

Séptimo: “divinizar a los jefes”, ser “víctimas del carrerismo y del oportunismo” pensando sólo a lo que se debe obtener y no a lo que se debe ofrecer”.  Este es un clásico de la política peruana: “el ser cargador de andas de falsos valores”. Aquellos que adulando, aceptando injurias, obtienen prebendas y sinecuras.

Octavo: “La enfermedad de la indiferencia hacia los demás”. La crítica más dura a política. La indiferencia sobre los problemas de la gente. El trato “serio”, pero,  indolente con las angustias populares.

Noveno: La enfermedad de “acumular bienes materiales”, la de pertenecer “a círculos cerrados y  la “mundanidad y el exhibicionismo”. Los políticos que buscan riqueza en la política son indignos. Los políticos militantes de la farándula son  ruines.

Estas son las tesis políticas de Francisco. Son reflexiones que deberían ser forzosas para políticos, empresarios, militares y jerarcas religiosos. En esta coyuntura en la que el Perú, va sin rumbo, dirigido por un presidente de escasa formación democrática y al borde de una rebelión juvenil y popular, el mensaje de Francisco es una meditación extraordinaria que nos ayudará a ser mejores el 2015.

 

Por Tino Santander Joo
(06 - Ene - 2015)