Eduardo Vega
Lo de Argentina no es milagro
Es la mejor propaganda para el liberalismo y la derecha peruanos
Hace algunas semanas, a través de su cuenta en X, el presidente argentino Javier Milei compartió un artículo en el que se da cuenta de los destacables resultados económicos que viene teniendo su gestión. Tras ello se empieza a calificar de “milagro” un resultado que en realidad es consecuencia del trabajo y el conocimiento.
En efecto, lo que Argentina vive el día de hoy proviene de la aplicación pura y dura de las políticas del libre mercado a manos de personas comprometidas y consecuentes. Personas que no solo han cumplido estrictamente con las promesas realizadas en campaña, sino que además se han encargado de combatir oportunamente todos y cada uno de los ataques ideologizados y maliciosos que diariamente realizaban los medios alineados al kirchnerismo.
Así las cosas, si hay un par de cosas que van quedando claras con la gestión de Javier Milei; estas son:
- Que, como bien exponía desde su campaña, “a los zurdos no se le puede ceder ni un milímetro, porque lo toman para destrozarte”.
- La aplicación clara y directa de las políticas económicas del libre mercado es, sin duda, mucho más positiva para el crecimiento económico, que cualquier metodología empobrecedora propuesta por la izquierda.
Claro, en el Perú no podríamos estar más de acuerdo con lo planteado y aplicado por Milei; más aún cuando aquí hemos pasado por una circunstancia similar, o incluso peor. Y teniendo en cuenta que además de la crisis económica de fines de los ochenta tuvimos que enfrentar a grupos terroristas
Ahora bien, creo que es importante destacar que lo de Argentina no es un milagro (aunque ciertamente debe estar ocurriendo con la gracia de Dios), porque si para el ciudadano de a pie se soslaya que ello es producto del trabajo serio y dedicado, que va de la mano de las ideas político económicas correctas, seguramente serán los zurdos los primeros en decir que esas políticas no se pueden aplicar en otro lado. O que hubo otros factores que realmente incidieron en el resultado que hoy vemos con sana envidia en el país gaucho.
En este momento, lo que debería ocurrir, es que en lugar de que se mire al “milagro argentino” como un incidente aislado, que es producto de la intervención divina o sobrenatural, se le debe tomar como referencia empírica de todo lo que realmente se debe hacer para evitar caer en una crisis como la vivida en Argentina o Venezuela. Y que, por supuesto, parte del esfuerzo y la dedicación de un equipo capaz, que tiene clara la inaplicación de los programas socialistas empobrecedores.
Así, teniendo en cuenta el adagio que dice “dato mata relato”, es la mejor oportunidad que tienen la derecha y el liberalismo peruano (si acaso existen) para que empiecen a difundir, promover y revaluar abiertamente los ideales que nos convirtieron en un país viable 30 años atrás. Y que hoy mismo se confirman como plenamente vigentes y exitosos en la experiencia argentina.
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