Berit Knudsen

Libertad

Están destruyendo nuestros principios y valores

Libertad
Berit Knudsen
16 de febrero del 2023


Nada tan humano como anhelar y reconocer que algo es valioso cuando está en peligro o lo hemos perdido. Luego de tiempos de relativa calma, vemos mermada nuestra tranquilidad; proceso lento y poco evidente durante las últimas dos décadas; pero que parece desvanecerse en forma acelerada en los últimos dos años, llevándonos a un estado de crisis y decadencia que creíamos superado a principios de este nuevo siglo. Lo que hoy vivimos hace peligrar uno de los derechos y valores más importantes como seres humanos: la libertad.

Hannah Arendt, escritora y teórica política de nacionalidad alemana y judía, emigra a los Estados Unidos en 1941 huyendo de la persecución nazi. En medio del exilio y a lo largo del tiempo desarrolló importantes teorías desde una perspectiva filosófica sobre la libertad y su antípoda. Ella habla de la "banalidad del mal", término con el que describe la tendencia de personas comunes a cometer acciones terribles sin reflexionar sobre las consecuencias éticas o morales de sus actos. Explica el fenómeno de la “petrificación” como proceso político que impide la libertad, creando un declive y estancamiento histórico, que puede llegar a ser prolongado y conducir a una ruina predestinada.

Es fácil suponer el escenario imaginado por Arendt, donde los valores y los derechos humanos fueron reemplazados por la “petrificación” política que marca el autoritarismo, el abuso de poder, los discursos de odio y el sometimiento de la población a lo que ella llama la “banalidad del mal”.

“Cuanto más esté desequilibrada la balanza en favor del desastre, tanto más milagroso aparecerá el acto realizado en libertad; porque es el desastre y no su salvación, lo que siempre ocurre automáticamente”. Para Arendt la acción política es la forma en la que la libertad se afirma como un “milagro” en contra de los “procesos automáticos” que llevan a la ruina a la vida humana.

El Perú enfrenta un proceso de crisis, de conflicto irracional y decadencia, donde la “banalidad del mal” se hace presente en todas sus formas, movidos por intereses, consignas y mensajes confusos. Esa “banalidad del mal” es activada y manipulada por grupos de poder que lo único que buscan es apropiarse del Perú con un gobierno totalitario; para ello necesitan una Asamblea Constituyente y para lograr esa asamblea necesitan crear un clima de caos y desesperanza. Esta situación de crisis extrema no es posible sin la presencia de grupos de agitadores a sueldo que son los instrumentos para incendiar la pradera.

No podemos olvidar a esa población que vive en situación de pobreza y abandono, a aquellos cuyos reclamos han sido desoídos indefinidamente. Esas poblaciones tienen derechos que no han sido atendidos por consecutivos gobiernos y la constitución avala sus legítimos reclamos y manifestaciones de protesta. 

Pero hoy caen en la “banalidad del mal”, peruanos de diversas zonas pierden el norte, confundidos con los discursos de odio, promovidos por agitadores que siguen los mandatos de grupos nacionales y regionales que buscan poder y dominación. En ese proceso no les importa destruir el país; pero más grave aún, están destruyendo nuestros principios y valores, se pierde el respeto, se pierde la autoridad y en medio de esos gritos de protesta confusa, perderemos la libertad.

Berit Knudsen
16 de febrero del 2023

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