Las cúpulas limeñas y sus aliados cusqueños

Jean Paul Benavente fue elegido gobernador regional del Cusco con la promesa de recuperar el gas de Camisea para esa región. Una vez electo, se olvidó de todos sus ofrecimientos electorales y está capturado políticamente por las cúpulas limeñas que se apropian de todos los recursos naturales, en desmedro de todas las familias cusqueñas. Incluso abandonaron al excongresista de su partido Armando Villanueva, quien logró aprobar un dictamen en la Comisión de Energía y Minas que señalaba que la regalías que debía tributar el Consorcio Camisea se deben calcular con el precio final de la venta del gas peruano. La congresista Nelly Cuadros, elegida con los votos de la provincia de La Convención, retiró su firma del dictamen aprobado y con ello impidió que este pase a pleno y se aprobara. Pero lo más grave es que Villanueva pidió el respaldo del gobierno regional, y este y otras instituciones cusqueñas lo ignoraron. La traición estaba consumada. Una vez más las cúpulas limeñas seguían gobernando a través de sus epígonos cusqueños.

Nadie en el Cusco cree en el ofrecimiento del gobernador regional de recuperar la Dirección Desconcentrada de Cultura. Los medios de comunicación señalan que Benavente solo ha enviado un timorato oficio “exigiendo” que dicha institución vuelva al Cusco. Las cúpulas limeñas del Ministerio de Cultura jamás nos devolverán los recursos que provienen del parque arqueológico. Los militantes populistas también señalan que Benavente no apoyó la lucha del pueblo de Urubamba, que se enfrentaba a la mafia de Consetur; tampoco quiere renegociar la concesión de Perú Rail y las concesiones de los hoteles de Machu Picchu y del Hotel Cusco. Pero defiende a las empresas mineras con confusas posiciones que siempre favorecen a las cúpulas limeñas.

Benavente sabe que en La Convención se paga el gas más caro del Perú, a pesar de ser dueño del recurso; sabe que los agricultores no tienen acceso al crédito agrario y que la carretera Echarati - San Francisco es imprescindible para el desarrollo del medio y bajo Urubamba; el hospital Lorena sigue siendo una frustración; el canon turístico, una promesa hecha a los artesanos que todos los días se enfrentan a la cúpulas limeñas que dirigen el turismo a determinadas tiendas, como lo han denunciado los artesanos del Valle Sagrado; el corredor turístico de cuatro lagunas en Acomayo y el de la Independencia Americana de Canas y Tinta son fantasías de esos pueblos que ven un gobernador pintado en la pared, asustado y a la orden de las cúpulas limeñas.

No existe otro camino para las regiones que romper con las cúpulas de Lima. Es necesario modificar la lógica centralista del presupuesto nacional; necesitamos autonomía regional para fomentar la inversión pública y privada; necesitamos modificar la Constitución y debatir ampliamente con todos los sectores democráticamente para insertarnos de la mejor manera a la indetenible revolución digital que en pocos años cambiará las formas de producción a través de la inteligencia artificial y la robótica. En esa línea, no caben lo pusilánimes que sirven a las cúpulas limeñas. Leocadio Zavala, Edgar Zegarra y otros dirigentes sociales señalan que se están organizando para iniciar el proceso de revocatoria del gobernador regional por su alianza con las cúpulas limeñas. Los dirigentes sociales cusqueños señalan que no hay otro camino que revocar a todos aquellos que traicionan su palabra.