Fausto Barragan

La inesperada virtud de la ignorancia

La inesperada virtud de la ignorancia
Fausto Barragan
10 de febrero del 2015

Cuando la voz interna de la ficción se traspasa a la realidad: Alejandro Iñárritu y su más reciente película. 

¿Hasta dónde puede llegar el ego de los actores? ¿Hasta dónde puede llegar el ego de los actores de cine? ¿Hasta dónde puede llegar el ego de los actores de cine retirados que intentan destacar en algo “opcional” que les agrade a costa de su reputación? Pero creo que la pregunta más oportuna en este caso sería: ¿hasta dónde puede importarnos? A continuación mencionaré los aspectos que me agradaron de Birdman (2014), película dirigida por Alejandro Iñárritu, con las actuaciones de Michael Keaton, Emma Stone, Edward Norton, Naomi Watts y Zach Galifianakis, entre otros, que seguramente dará mucho de qué hablar. 

La lucha de un célebre actor de cine que no puede deshacerse del personaje que lo volvió celebridad. A lo largo de la película podemos apreciar la convivencia para nada armónica de Riggan Thompson con su alterego, Birdman, personaje ficticio, quien a manera de voz interior lo exhorta a que abandone el apasionante proyecto teatral que lo tiene ocupado para volver a calzarse el traje de superhéroe, del que (según este) nunca se debió separar. La figura de Birdman se presenta como el protagonista de los años dorados del actor encargado de interpretarlo. Por ello Riggan debe lidiar con la presión de culminar con la realización de su meta personal (su obra) a sabiendas del fracaso público que le podría ocasionar. Pero ¿qué es “Birdman”? Teniendo en cuenta el contexto mencionado, no solo es el alterego, sino el soporte, el sostén, el baluarte de un actor ególatra que se resiste a aceptarlo pero que desea continuar volando sobre todos. 

Otro de los problemas que enriquece la película es el constante lamento del actor al no haber estado presente para su familia, en especial para su hija, durante los años que duró su fama. Todo el éxito que le produjo la pantalla grande le ocasionó una vida llena de excesos reflejados fríamente en un enorme agujero en su hogar, y por qué no, en su corazón. De esa manera la presencia de su hija como su asistente personal le sumará positivamente a la trama. Ella será la que confronte a su padre cada vez que compartan miradas o algún espacio físico, recordándole quién es realmente, a pesar de que la prensa y la gente propias del espectáculo le hagan creer lo que él quiera creer. 

Pero el conflicto mayor que atraviesa Riggan no estriba en sus problemas familiares o en la remembranza de sus tiempos de gloria, sino en el equilibrio que debe lograr entre la fama y su actual pasión: el teatro. Tiene el camino libre para volver a lo grande, claro, si es que decide ponerse nuevamente el disfraz, aunque en lo personal no le genere ningún tipo de satisfacción. En cambio en el teatro se siente como pez en el agua capaz de explotar su genio en guiones, producción y actuación a partir de la obra de un autor de su interés: Raymond Carver. Y de la mano con este interés se plantea otro tema capital: la disyuntiva entre el artista y el crítico. Riggan representa al artista que renuncia a su estabilidad para seguir lo que le apasiona aunque se esté jugando el todo por el todo; meses de trabajo, de producción, de ensayo, de problemas personales que devienen en una noche, y esta en la pluma de alguien a quien le importa poco lo antes mencionado y que está decidido a verter un juicio (por lo general a priori) en una hoja en blanco sentenciándola para siempre. Entonces surge la pregunta: ¿puede alguien ajeno al proceso de creación legitimar la autenticidad de la misma? Solo ustedes podrán responderlo. 

Finalmente, sin hacer mención de las nominaciones y premios que obtuvo Birdman (premios Óscar, Globos de oro, Premio del sindicato de actores, BAFTA), así como la atractiva banda sonora que cumple un rol vital en el despliegue de las acciones en tiempo real, recomiendo la película por lo escrito líneas arriba y por las muchas cosas más que olvidé señalar. Un padre frustrado con complejo de pájaro, una hija rebelde, un actor arrogante con problemas con el alcohol, una actriz de sexualidad indecisa, un exjuerguero buen amigo y algunos excéntricos personajes más aseguran una divertida, interesante y oscura historia de la que no se arrepentirán. 

Por: Fausto Barragán
10 - Feb - 2015  

Fausto Barragan
10 de febrero del 2015

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