Jorge Morelli
La FED perdió la batalla
Una nueva burbuja global que pronto estallará

La FED habla de subir las tasas de interés y de comenzar a retirar la montaña de dinero que puso en circulación para evitar la quiebra de la economía global. Habla, pero no lo hará. Donald Trump tiene otros planes. Se prepara para sacar, a más a tardar en tres semanas, a la académica señora Janet Yellen de la presidencia de la FED.
Ha habido una batalla porque la FED —un organismo controlado por el sector privado— ha estado subiendo las tasas de interés, lo que hace subir al dólar. Pero Trump necesita dólar barato y tasas de interés bajas para reactivar la economía real de su país. La economía virtual de las finanzas no es su negocio. Ese es el negocio de los banqueros que controlan la FED. De modo que la FED ha estado obstaculizando las políticas de la Casa Blanca. Y puestos uno contra otro, ojo con ojo, la FED pestañeó primero.
Ahora Trump se prepara para lanzar una rebaja de impuestos que, junto con las tasas bajas, está destinada a reactivar masivamente la inversión privada en la economía real. Por eso mismo, advierte Ricardo Lago, se halla en crecimiento una nueva burbuja global que colpasará tal como lo hizo la de 2008, nueve años atrás. Y esta vez no hay margen de maniobra para responder con políticas fiscal y monetaria. Lago vaticina que la caída está cercana y será terrible, peor que la del 2008. El mercado financiero global no ha aprendido nada. De manera que es perfectamente posible que vayamos nuevamente camino del colapso.
Ajeno a todo esto, el Gobierno peruano anuncia que se propone reactivar la economía con gasto público, llevando el déficit fiscal a un nuevo récord y a la deuda por encima del techo en que el riesgo se vuelve excesivo. Pero haría mejor en guardar ese pan para mayo. Mantener esos recursos a la espera, de manera que las políticas fiscal y monetaria tengan margen de maniobra cuando lleguen las vacas más flacas que estas. Es mejor que gastarlos en cebar unas vacas gordas que no durarán.
Lo que el país necesita es reactivar la inversión privada más que la pública. Para esto debe dar la madre de todas las batallas en conseguir que el Tribunal Constitucional modifique su sentencia y establezca que la indemnización es una justa compensación del despido, en vez de la reposición en el puesto. Porque la inversión pública no basta ni remotamente para mover la economía, y sin ese cambio estratégico no habrá inversión privada.
En medio de un banquete de ebrios que celebran los precios del cobre, Casandra está diciendo que esto no va a durar.
Jorge Morelli
@jorgemorelli1
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