La estrategia leninista de Cerrón y Castillo

Estimado lector, para el suscrito la aproximación es la siguiente: en la tienda perulibrista y el Ejecutivo entero se ha empezado a desarrollar la fase estratégica de la toma del poder total. Para ello es necesario llevar al país a un nivel tal de crisis de gobernabilidad que detone en un cierre del Congreso y una rápida convocatoria a una Asamblea Constituyente.  

Explico a continuación. En el manual del leninismo todo es poder. Perú Libre, Cerrón y Castillo ya tienen el Ejecutivo, el gobierno; pero no las instituciones republicanas, donde descansa el poder republicano, el poder originario. Así todo indica que Perú Libre, Cerrón y Castillo parten del razonamiento que para obtener el poder que emana de las instituciones es necesario “resetearlas” con la convocatoria de la Asamblea y una nueva Constitución.

En ese sentido, para la consecución de sus objetivos estratégicos, Perú Libre, Cerrón y Castillo necesitan alimentar el drama social y económico. La toma del poder en el corto tiempo no es posible si hay recuperación económica, empleos, vacunas, etc. 

Todo indica que Perú Libre, Cerrón y Castillo, también parten del razonamiento de que si no se toma el poder ahora, es casi imposible que se haga en el mediano plazo. En las famosas tesis de abril, Lenin desarrolla la idea que la Rusia republicana de Kerenski solo caería si la vanguardia revolucionaria bolchevique continúa promoviendo el caos social y económico. El momento revolucionario no se genera en paz social.

De esta lectura leninista de las correlaciones de fuerzas para la toma del poder provienen todas las estrategias de Perú Libre, Cerrón y Castillo. ¿Usted cree que tanto Pedro Castillo como Vladimir Cerrón no saben que si bajan los decibeles de su extremismo  se reduce la incertidumbre política y económica, y por ende los precios? ¡Por favor!

Para ellos la táctica comunista es confundir y retroceder para avanzar. Retiran a Béjar pero quedan en pie los demás ministros; confirman a Velarde, pero avanzan en la narrativa que señala que la subida de los precios tiene que ver con “la especulación de los monopolios”. Prometen respetar el marco constitucional, pero se continúan empoderando a las rondas y realizando encuentros “populares” para la defensa del Gobierno en las regiones. Es decir, el proyecto de la toma del poder avanza viento en popa y tiene necesariamente sus propias contradicciones, sus propios flujos y reflujos. Ese es un principio leninista de la toma del poder. 

Lamentablemente, los sectores democráticos y opositores no reconocen el libreto comunista de la toma del poder. La oposición se debe construir con una narrativa que integre al mundo popular, ancho y ajeno, así como una prédica inteligente. Si los comunistas convocan a una Asamblea Constituyente, que se ve venir, en los sectores democráticos se debe empezar a tejer la idea de la convocatoria de una Asamblea Constituyente Anticomunista. La política también es la pelea por el relato. Falta, sin duda, sagacidad política e ideológica.