Guillermo De Vivanco

Imposible ser formal

Imposible ser formal
Guillermo De Vivanco
31 de julio del 2014

¿Se puede cambiar tendencia hacia economía informal? El año pasado, la Sunat notificó a la empresa donde trabajaba una resolución coactiva de cobranza. Ésta le ordenaba a la empresa que retenga los ingresos que tenía pendientes de cobrar a la fecha y que procediera a girar dichos importes a nombre de la Sunat. La resolución también embargaba el importe de mis ingresos mensuales hasta cancelar la deuda. Todo esto bajo la amenaza de que la empresa se volvería “responsable solidario” de mi deuda en caso de incumplir lo notificado.

Esta deuda se originó en el año 1997 cuando nuestra empresa Interdenim fue declarada en insolvencia y perdí mi fuente de ingresos. Corresponde al saldo del impuesto de quinta categoría que pagaba por mi sueldo. La cifra original había crecido ¡20 veces! Durante los años en que fuimos industriales (1984 hasta 1997), también fuimos principales contribuyentes. Las plantas textiles que compramos en 1984 daban trabajo a 2,700 personas. Al vender el grupo textil, el año 1991, formamos una empresa moderna; Interdenim.

Con tecnología de punta esperábamos poder competir con la apertura de nuestras fronteras. Sin embargo las importaciones de telas Chinas, a precios que no insumían el costo del algodón, fueron una competencia imposible para la manufactura local. Resultaba más rentable importar que producir.

Seis años después, en Septiembre de 1997 Interdenim dejo de operar.

Un empresario pierde el capital que invirtió en su empresa cuando sus acreedores ejecutan las garantías. Si luego de ejecutarlas quedaran saldos por cobrar se persigue el resto de su patrimonio: el personal. (Aunque sea una empresa de responsabilidad limitada). Esto sucede pues los préstamos que recibe la empresa deben ser avalados personalmente por el empresario y su esposa. Con este aval está comprometiendo, de hecho y de derecho, el patrimonio familiar, lo que configura su ahorro, su casa, su carro, sus muebles. etc.

La lógica bancaria entonces se basa en que el préstamo que otorga a la empresa requiere adicionalmente garantías personales. Las de la empresa no son suficientes. No encuentro sincera esta distorsión de endeudar a la empresa fuera de su patrimonio ¿No sería más ético sincerar la verdadera capacidad de endeudamiento de la empresa, y que ésta sea el limite, sin agregar el patrimonio del avalista? ¿No debería ser valorada independientemente del patrimonio de su accionista? ¿La familia no tiene ningún derecho sobre el patrimonio acumulado a través de los años?

Finalmente considero decepcionante el tratamiento recibido por el estado luego de años de aportes. Dice Sunat que la resolución de insolvencia emitida por Idecopi, que protege la sociedad conyugal no me alcanza como persona natural. ¿Acaso pretende la Sunat que siga trabajando cuando me embarga el 100% de mis ingresos? Embargar el 100% es ilegal, es un atropello. Esta política de “persecución tributaria” desalienta el reingreso al mundo empresarial,

¿Entenderá el gobierno por qué existe un 80% de informalidad? En mi caso ser formal se ha vuelto un imposible.

Por Guillermo de Vivanco

Guillermo De Vivanco
31 de julio del 2014

NOTICIAS RELACIONADAS >

La izquierda versus la derecha

Columnas

La izquierda versus la derecha

La noche del 31 de Agosto de 1939 un grupo armado, vistiendo uniformes...

17 de abril
La trampa identitaria

Columnas

La trampa identitaria

¿Es realmente la democracia tan boba como para delegar el futur...

07 de marzo
La gran estafa nacionalista

Columnas

La gran estafa nacionalista

En días pasados el sindicato de Aerolíneas Argentinas se...

14 de enero

COMENTARIOS