Ideología woke

Está de moda el uso del polémico término “woke”. ¿Usted lo ha oído en las aulas, lo ha leído en los periódicos o lo ha visto pintado en las paredes de su ciudad? ¿Qué significa? ¿Sabe qué se esconde detrás de él? En el curso de la reciente campaña presidencial estadounidense se posesionó como uno de los elementos clave al momento de decidir por cuál candidato votar. Woke equivale en español a la expresión: ¡Despierta!

El término woke es utilizado por grupos sociales marginados que se identifican y manifiestan contra la aplicación de políticas y prácticas discriminatorias de índole racial, sexual, o de género, y por grupos de intelectuales y académicos que formulan, orientan y apoyan dichas causas. Todo comenzó como expresión de la lucha afroestadounidense contra el racismo. La palabra ‘woke’ se escuchó hace 86 años en una entrevista hecha al famoso músico Lead Belly en la que explicaba el contenido de su canción de protesta denominada “Scottsboro boys”, composición que denunciaba la violencia racial en Alabama. El término se diseminó con la irrupción del movimiento Black Lives Matter, a partir de 2013. Algunos dicen que fue el escritor William Melvin Kelley quien lo acuñó en su ensayo “If you’er woke, you dig it”: “Si estás despierto, lo entiendes” (publicado en The New York Times, 1962).

Despertar es estar alerta, consciente

Lo woke es una ideología contemporánea que mueve a miles de afroamericanos discriminados, migrantes segregados, minorías sexuales que reclaman ser reconocidas en su diversidad militante, mujeres que protestan contra el machismo y exigen el derecho a disponer de su cuerpo libremente, jóvenes que comparten y difunden el ser diferentes, académicos que promueven y avalan concepciones, conductas y acciones de grupos comprometidos con este pensamiento de naturaleza disruptiva y radical.

El wokeísmo es una reacción contra la injusticia, contra aquellos que defienden viejos valores patriarcales: una postura que ha derivado en un tipo de nuevo apartheid, una red de identidades rígidas e intolerantes. Quienes no adhieren a esta plataforma son considerados: racistas, supremacistas, hetero-sexistas, machistas, patriarcas del pasado. Todo vale cuando lo dogmático se impone, incluido el escarnio.

Slavoj Zizek y su crítica

Zizek sostiene que “la izquierda woke” a pesar de su declarada oposición a nuevas formas de barbarie, “participa plenamente de ellas… aunque defiende el pluralismo y promueve la diferencia, su posición subjetiva de enunciación”,…”es extremadamente autoritaria” (Demasiado tarde para despertar. ¿Qué nos espera cuando no hay futuro?. Editorial Anagrama, Barcelona, 2024).

En torno a lo relacionado con el género, su opinión es clara: “si la masculinidad y la feminidad no tienen nada que ver con el cuerpo y si con la definición de uno mismo”’, la cuestión no es de fácil solución porque “la identidad sexual no es en sí misma una forma sencilla de identidad, sino una noción compleja llena de incoherencias, tensiones y rasgos inconscientes”. 

Para Zizek el wokeísmo funciona en los hechos como un dogma religioso secularizado, con todas las contradicciones que ello implica. Agrega que gran parte de este movimiento nos despierta a los horrores del racismo y del sexismo para permitirnos que sigamos durmiendo, es decir, para ignorar las verdaderas raíces y la profundidad del trauma racial y sexual.

Desde su enfoque crítico, vincula el wokeísmo a la cultura de la cancelación y expone que se limitan de facto al estrecho mundo de la academia, y a algunas profesiones como el periodismo, mientras que la sociedad se mueve en la dirección opuesta. Para ser justos hay que mencionar e incluir a determinados sociólogos, antropólogos y psicólogos, cuyas cabezas también han sido contaminadas por este virus.

Nueva religión de izquierda

Un sustrato teórico medular que alimenta a la ideología woke es el neomarxismo subjetivista incrustado en universidades y centros de estudio, pensamiento que estratégicamente ha postergado la tradicional lucha de clases para enfatizar su actual objetivo de lucha abierta impulsada por minorías identitarias. Hoy el foco de sombra está centrado sobre aspectos sociológicos, psicológicos y culturales, antes que en asuntos económicos.

Este activismo ideológico woke ha desatado una polarización creciente, intolerante y sectaria que al expandirse con gran rapidez a través de la academia, de los medios de comunicación y de las redes sociales, se ha convertido en un movimiento radical turbio, censurador e intimidante. Con razón el expresidente de Estados Unidos de Norteamérica Barack Obama hablando ante un grupo de jóvenes les dijo: “¡Basta!” “Si todo lo que haces es tirar piedras, probablemente no llegues muy lejos” (encuentro anual de la Fundación Obama, 2019).