Huracán Trump arrasó con fuerza

El republicano Donald Trump ha sido elegido como el 47º presidente de los Estados Unidos, en una victoria contundente y, para muchos, inesperada. Este triunfo ha sorprendido especialmente a ciertos medios de comunicación que lanzaron campañas en su contra. Sin embargo, a pesar de estas adversidades, Trump ha logrado una victoria incuestionable. ¿Por qué ganó Trump? Existen diversas razones que explican su éxito, muchas de las cuales fueron ignoradas o desestimadas por analistas que se dejaron llevar por narrativas predominantes.

Articulistas en el desierto

En América Latina y Chile, numerosos comentaristas erraron en sus predicciones sobre el resultado de las elecciones y han guardado silencio tras el sorpresivo desenlace. Esta situación recuerda a un "desierto" de analistas perdidos, como el de Sonora en Arizona. Incluso un embajador chileno en Washington, en un gesto imprudente, expresó abiertamente sus reservas sobre Trump. Por otro lado, un exembajador escribió al diario La Tercera una carta titulada Democracia norteamericana en peligro (4 de noviembre de 2024), reflejando sus temores previos al triunfo de Trump.

Después de las elecciones, el economista chileno Sebastián Edwards señaló la sorprendente fortaleza de Trump entre casi todos los grupos demográficos, incluyendo afroamericanos, latinos y jóvenes, aunque perdió apoyo entre mujeres con educación universitaria. Sin embargo, Edwards advierte sobre el riesgo de que Trump socave las instituciones democráticas y menciona otros peligros como el proteccionismo y políticas económicas populistas que, en su opinión, pueden resultar dañinas. En el ámbito internacional, no anticipa grandes riesgos, al menos en el corto plazo (Ex-Ante, 6 de noviembre de 2024).

Predicciones y pronósticos

La mayoría de los analistas que pronosticaron catástrofes ante la posible victoria de Trump han advertido sobre un periodo de incertidumbre y anticipan un régimen de "populismo autoritario". Incluso The New York Times, en un tono pesimista, afirmó que los Estados Unidos han tomado una "decisión arriesgada" que podría llevar al país hacia un rumbo incierto. El editorial expresa que “todos los estadounidenses deberían estar alerta ante un gobierno de Trump que probablemente priorizará la acumulación de poder sin control” y advierte que la elección de Trump representa una amenaza seria para los ideales republicanos que se remontan a la época de Benjamin Franklin (The New York Times, 6 de noviembre de 2024).

Trump y el poder

Ahora que ha ganado, ¿qué hará Trump con el poder otorgado por los ciudadanos estadounidenses? El historiador Jon Meacham señala que la democracia estadounidense es frágil y depende de cómo los ciudadanos gestionen sus deseos y miedos. Meacham observa que los últimos años no ofrecen indicios de que un Trump reelegido busque moderarse. Por su parte, Peter Baker, antiguo corresponsal en la Casa Blanca, argumenta que ya no es posible ver a Trump como una "anomalía" temporal, sino como una fuerza transformadora que está reformulando Estados Unidos a su imagen. Trump, explica Baker, ha capitalizado el desencanto de los ciudadanos que sienten que su país está en peligro por cambios económicos, culturales y demográficos, y ha aprendido cómo mover las palancas del poder. Según Baker, este es el "Estados Unidos de Trump" (The New York Times, 7 de noviembre de 2024).

Reflexiones de Hannah Arendt

Décadas atrás, la pensadora política Hannah Arendt escribió sobre la estructura política de Estados Unidos, un país diseñado para equilibrar libertad y soberanía. Sin embargo, ella advirtió que el sistema estadounidense ha ido adoptando el modelo centralizado europeo, sacrificando el equilibrio de poderes que fue el legado de su Revolución. Según Arendt, este cambio amenaza con convertir a Estados Unidos en un estado centralizado, con un poder federal creciente a expensas de la autonomía de los estados. La visión de Arendt cobra relevancia en el contexto actual, donde el equilibrio de poder enfrenta desafíos sin precedentes (Sobre la violencia, Alianza Editorial, 2018).

Realidad y pugna sucia

Las observaciones de Arendt no pueden atribuirse exclusivamente a Trump, sino que son el resultado de tendencias anteriores prolongadas durante la administración de Biden y otros mandatarios de su partido. Los medios de comunicación, con fuertes inclinaciones, han sido un factor en este proceso y, para muchos, Trump seguirá siendo su blanco predilecto de ataques. Este antagonismo entre un personaje mediático y las grandes cadenas de noticias evidencia una pugna entre sectores de influencia que parecen reacios a reconocer su propia contribución a la degradación moral y cultural del país.

El fenómeno del trumpismo

Como el periodista Juan Luis Cebrián escribió hace unos años, “Trump no es tanto la causa del deterioro político y moral de la sociedad que preside como su consecuencia” (El País, 11 de enero de 2021). Aceptemos que el “trumpismo”, entendido como un movimiento populista de corte conservador, existía antes de Trump y posiblemente sobrevivirá tras su retirada de la escena política. La gran pregunta es si, tras Donald Trump, surgirá otro líder similar que desafíe el orden establecido, o si solo Trump posee la particularidad para liderar este movimiento.

Por ahora, millones de estadounidenses, especialmente trabajadores, latinos y jóvenes, observan expectantes para ver si sus aspiraciones de cambio se materializan en esta nueva etapa de su mandato.