¿Felices Fiestas Patrias?

Una nueva mesa directiva regirá los destinos del Congreso de la República en los próximos 12 meses. Poco después vendrá el primer mensaje presidencial por Fiestas Patrias de Dina Boluarte, nos guste o no, presidenta constitucional.

Sobre la dichosa mesa directiva sobraron las especulaciones. Se dijo incluso que de ella dependería la vigencia de Boluarte en la presidencia. A nuestro entender, aún cuando las bancadas marxistas e izquierdistas intenten desaforarla, esta posibilidad es lejana. En el Congreso todavía existe una fuerza democrática necesaria para impedir el derrumbe de la estabilidad política y, con ella, la social y económica. Además la ciudadanía, y no los políticos, es la pieza clave en el mantenimiento de esa estabilidad. 

Los resultados de las “tomas de Lima” son evidentes. La población conoce las intenciones subversivas del senderismo, antes agazapados entre inocentes pobladores. Hoy actúan libremente, burlándose de la democracia peruana. Que cuatro o cinco mil personas se manifiesten, en apariencia, pacíficamente, no es señal de descontento popular. Es la imagen que el extremismo y progresía quieren pintar con el fin de detener la economía, generar pobreza y, sobre todo, causar miedo en la gente. La estrategia es clarísima: deprimir al máximo la situación de los pobres para hacerlos parte de sus luchas. Esperarán mejores condiciones. Las uñas largas de Castillo y su torpe golpe de Estado frustró lo que pudo ser el gran salto, la toma del poder que por décadas se estuvo gestando. 

En este contexto, las “tomas de Lima” no fracasan, son intentos desestabilizadores útiles para distraer, para ocupar a las fuerzas del orden manteniendo a raya a insurgentes disfrazados de indignados pobladores en lugar de combatir al crimen: narcotráfico, minería ilegal y otras controladas por el senderismo en los bosques (tala ilegal, contrabando de madera, tráfico de terrenos y de personas). Que los campos de cultivo de coca se hayan incrementado en 124% en tan solo cuatro años lo dice todo. ¿Cuántas pistas de aterrizaje en el monte estarán bajo resguardo senderista? Las “tomas de Lima”, prensa alternativa, radios y periódicos provincianos, blogueros, libros y toda clase de propaganda extremistas tienen financiamiento común proveniente de esos montes. ¿Qué buscan? No otra cosa que la destrucción del sistema democrático, hasta la guerra civil y el separatismo. El extremismo socialista es capaz de todo para alcanzar el dominio del país.

Dina Boluarte no tiene agallas suficientes para enfrentar el panorama desolador del país. No se espera nada significativo de su paso por la presidencia. Tampoco hicieron nada quienes la precedieron y tal vez tampoco lo hagan los que vendrán a reemplazarla. Boluarte carece de consistencia política para encarar los males nacionales. Hace lo que puede con una visión limitada del país. El haberse juntado con Vladimir Cerrón la convierte en sospechosa. Por las circunstancias de su Gobierno –acosada por sus ex camaradas de campaña electoral– su talante ideológico estaría en modo espera. No tiene aliados firmes en el Congreso, sin partido, bases, portátil ni voceros que hablen bien de ella. Sacarla del cargo –objetivo del extremismo y progresía–, repetimos, implica profundizar la crisis, afectando a los pobres. 

El mensaje por Fiestas Patrias será más de lo mismo: insoportables declaraciones de buena voluntad, cifras y balances que no cuadran con la realidad. Estamos orgullosos del ceviche y del pisco sour, pero no tenemos educación, servicios médicos de calidad, agua potable, alcantarillado, redes eléctricas, carreteras, seguridad pública y un vasto etcétera. La gente no protesta exigiéndole a Dina resolver las urgencias. Tampoco hay protesta contra la ineficiencia de los gobiernos regionales y locales. Sin modelos de gestión responsable, solo tenemos caciques de dos por medio exhibiendo sus sinvergüencerías. Sin embargo, en medio de las dificultades, se imponen las celebraciones por Fiestas Patrias.