Martín Taype
Expectativas empresariales pesimistas
Según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas

Las expectativas son una de las variables más relevantes que afectan la economía de un país, porque tiene un impacto en otros indicadores, como la inflación, el tipo de cambio y el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas. Dichos indicadores también se ven afectados debido a factores internos, la influencia negativa de factores económicos y geopolíticos externos, o un evento económico inesperado. Veamos las últimas expectativas empresariales en el Perú publicadas el 2021.
Según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicada en el Resumen Informativo Semanal del pasado 2 de diciembre pasado, casi todos los indicadores de expectativas en el mes de noviembre del 2021 con respecto a octubre del 2021, cayeron o se mantienen en terreno pesimista (índice menor a 50). El índice de la economía a 3 meses pasó de 43 a 40 puntos, el índice sobre la economía a 12 meses pasó de 51 a 47 puntos, el índice del sector a 3 meses pasó de 49 a 47 puntos, el índice del sector a 12 meses pasó de 56 a 53 puntos, el índice de la situación de su empresa a 3 meses pasó de 52 a 51 puntos, el índice de la situación de su empresa a 12 meses pasó de 58 a 57 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 3 meses pasó de 54 a 52 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 12 meses pasó de 62 a 61 puntos, el índice de contratación de personal a 3 meses pasó de 47 a 50 puntos, el índice de contratación de personal a 12 meses se mantuvo en 53 puntos, el índice de inversión de su empresa a 3 meses pasó de 45 a 43 puntos, y el índice de inversión de su empresa a 12 meses pasó de 52 a 51 puntos.
Considero que los resultados de la citada encuesta básicamente se debieron a los efectos catastróficos de la pandemia del Covid-19, evento inesperado que viene afectando al mundo y a nuestro país. Pero también fueron fruto del contexto interno, que continúa golpeando a nuestro país: el ruido político, los conflictos sociales (bloqueos de vías, entre otros), las denuncias de corrupción difundidas por los medios de prensa, el alto nivel de inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas. A todo ello se suma un difícil contexto económico externo, en el que los precios internacionales de los cereales siguen al alza, empujando al incremento de los precios de productos de primera necesidad, el alza del precio del petróleo, el alza de los fertilizantes, entre otros.
En el aspecto geopolítico externo la escalada de las tensiones militares entre Estados Unidos y Rusia (por el apoyo de EE.UU a Ucrania en Donbass), China (por el apoyo de EE.UU. a Taiwan), Siria, Irán, Corea del Norte, entre otras potencias militares, que podría desencadenar en un gran conflicto global son, a entender de muchos, el motivo del pesimismo de las expectativas empresariales. Un pesimismo que se puede agudizar e influir de manera nefasta en algunos indicadores de nuestra economía y en el comportamiento de los inversionistas, tanto locales como extranjeros, para este 2022.
En tal sentido, es impostergable que se tomen acciones para cambiar esta situación y mejorar las expectativas empresariales. La gestión del Gobierno no tiene otra opción que combatir eficiente, eficazmente y con transparencia los citados problemas internos que golpean a nuestro país, respetando el marco constitucional. También debe ser proactiva al impacto que tenga en nuestro país el contexto geopolítico externo, y tomar todas las acciones preventivas y correctivas para atenuar eficazmente la propagación de la pandemia. Especialmente considerando que la variante ómicron (altamente contagiosa), se viene expandiendo en el mundo y en nuestro país, que ya se encuentra en la tercera ola de contagios.
COMENTARIOS