Manuel Gago

El socialismo es aliado de la delincuencia

Es necesaria una cruzada nacional contra el crimen

El socialismo es aliado de la delincuencia
Manuel Gago
12 de septiembre del 2023


Dina Boluarte permanecerá en Palacio de Gobierno hasta el 2026 por más que la progresía y el castillismo insistan en lo contrario. No obstante, ella no ata ni desata. Una mala señal es la renuncia de la ahora ex ministra de Educación, Magnet Márquez, por pronunciarse contra el nombramiento automático de docentes que se negaron a ser evaluados. 

Por otro lado, no hay quien explique en qué consiste el “plan Boluarte” contra la inseguridad ciudadana. La escasa oferta laboral por la retracción de la inversión privada y otros resultados negativos en la escuela pública (además de la falta de comprensión lectora y el bajo desempeño en matemáticas) están relacionados con la delincuencia y la violencia ciudadana.

Manos a la obra. No hay más que analizar. Sobre la marcha, necesitamos soluciones audaces frente a esta situación de espanto. La Policía Nacional hace rato que debería tener planes específicos contra la delincuencia cada vez más frecuente y agresiva. Cueste lo que cueste se debe expulsar inmediatamente, sin tanto miramiento, a los extranjeros que delinquen. No es novedad la propuesta de construir cárceles en la selva, apartadas de los dispositivos de comunicación. Ahí los presos muy bien pueden realizar actividades agrícolas.

También se podría disponer de los cuarteles para reeducar a los delincuentes principiantes, darles oportunidades a esos jóvenes, salvarlos antes de que caigan en organizaciones criminales avezadas. Corregirlos, capacitarlos, enseñarles ideales de prosperidad por esfuerzo propio, en cortas temporadas bajo estricta supervisión, lo que no hace daño. Para esta delicada tarea sería necesario seleccionar personal comprometido y no meramente capacitado. Pero sobre todo, hacer de esta lucha una cruzada nacional. Los voluntariados funcionan si existen liderazgos sólidos. 

Pero ni Boluarte ni su primer ministro, Alberto Otárola, tienen el liderazgo necesario; están allí por accidente político. Peor aún, la mayor parte de los cargos públicos son ocupados no por el carácter, personalidad, sapiencia y experiencia de las personas. Esta es la desgracia nacional, el lastre que debemos cargar por largo rato. Es equivocado creer que el Estado, en el corto o mediano plazo, ofrecerá resultados contra la delincuencia descontrolada. Repetimos, la clave es el liderazgo. 

Frente a este panorama sombrío, la autoprotección es responsabilidad personal. Los vigilantes privados no aseguran nada. La situación se complica porque vemos con desconfianza a los policías, a pesar de los logros institucionales conseguidos en otras luchas. Resulta una vergüenza que un patrullero persiga a otro cuyos integrantes fueron sorprendidos extorsionando. 

Y así como el socialismo planea destruir los Estados democráticos atacando los sectores productivos con el fin de empobrecer y provocar desesperación en la población, así también el avance de la delincuencia es parte del plan de destrucción social. Por esta razón la progresía ataca a Bukele. Argumenta atentados contra los derechos humanos de los delincuentes, negándole esos mismos derechos a la población indefensa y desarmada. La semana pasada, en la ruta Huancayo-Lima, un chofer fue baleado por no abrir la puerta del bus para impedir que los pasajeros fueran asaltados. Los asaltantes tienen ventajas, saben que no hay armas contra ellos.

Esa misma progresía también se opone a la autodefensa armada. No hagan nada, entréguense dócilmente a la criminalidad, dicen, apuntando a edificar sociedades de cobardes para mangonear. Debido a la urgencia, sobran los diagnósticos materializados en millonarias asesorías y consultorías inservibles. La prevención de la que unos hablan es para el mediano y largo plazo. ¿Llegó la hora de actuar e intentar nuevas soluciones sin tanta disquisición? 

Es una necedad hacer lo mismo que antes no dio buenos resultados. No se puede esperar más. Si Dina Boluarte quiere ser bien recordada como la primera presidenta tendrá que imitar el enorme potencial de la mujer peruana. Muchas de ellas lideran ejemplarmente distintos sectores sociales, económicos e institucionales; son punche, valientes, audaces e innovadoras. 

Dina, sé un modelo. No desaproveches la oportunidad. Hazte al menos una.

Manuel Gago
12 de septiembre del 2023

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