Jorge Varela
El revisionismo ahuyenta al marxismo ortodoxo
El proyecto estratégico del Partido Socialista chileno
Si hay un ente socialista latinoamericano al que le ha costado navegar a través de las aguas y roqueríos del agitado océano político, y arribar a buen puerto democrático para desembarcar en las instalaciones del poder, ese es el Partido Socialista chileno. Cualquier observador tiene derecho a preguntar si el obstáculo ha sido la estructura de la embarcación, el factor climático adverso, la carencia de una ruta navegable (proyecto confiable) o la capacidad conductora de la tripulación. Otras fallas podrían tener origen en la desorientación o en un timón defectuoso y atascado.
Camino errático por la historia
Durante décadas sus militantes se habituaron a repetir y aplicar sin reflexión suficiente las tesis estatistas ortodoxas de Marx y sus exégetas, hasta convertirse en adictos peligrosos para la salud económica y la convivencia democrática. Cómo olvidar a los ex-dirigentes Adonis Sepúlveda, Carlos Altamirano, Clodomiro Almeyda y otros. Cómo olvidar el XXII Congreso de Chillán, la era de la Unidad Popular y Salvador Allende. Cómo olvidar la historia de los últimos 65 años, salvo que la memoria se haya ido a negro. Aunque a veces los socialistas han tratado de reorientarse -entre vaivenes y costalazos- sin resultados positivos. Son escasos aquellos de sus miembros que no sienten repugnancia ante el ideario socialdemócrata, impregnado de marxismo ortodoxo .
Por eso es notable y significativo que un grupo importante haya elaborado a comienzos de 2024 el denominado “Manifiesto”, conteniendo un interesante y atractivo entramado de ideas destinadas a proyectar una visión socialista adecuada a los nuevos tiempos. A pesar que lo propuesto repose archivado en computadores sin batería..
Manifiesto socialista democrático
En el documento referido sus autores exponen que un nuevo proyecto socialista democrático debiera establecer y definir nuevos conceptos y lenguajes. Según ellos “se necesita una estrategia pedagógica para asentar las bases del socialismo democrático… para capturar el futuro es necesario reconocer la magnitud y las causas de la crisis… y cuestionar los mitos a partir de los cuales hemos actuado, así como varios de los conceptos desde los cuales hemos pensado”.
Los mismos redactores se interrogan: “¿son necesariamente de izquierdas las políticas de identidad?…Dicho de otro modo, ¿puede la izquierda renunciar al universalismo que la fundó, ese denominador común que pudo ser en el pasado el proletariado, la clase obrera, los proletarios del mundo?” Su respuesta categórica es: “opinamos que no”.
Los firmantes del Manifiesto concuerdan –eso sí– en que: “las aspiraciones y expectativas de las familias, …de los ciudadanos, especialmente de los más jóvenes, no están siendo bien comprendidas por el socialismo democrático, tampoco por las otras izquierdas”.
Reconocimiento del fracaso
A juicio de los firmantes, las grandes transformaciones globales preludian el término del actual orden internacional y el comienzo de uno nuevo. “Se han desdibujado los conceptos de capitalismo y socialismo tradicionales, concebidos en el siglo XX. El socialismo real fracasó, también el capitalismo neoliberal”.
“El fracaso del llamado socialismo real a fines del siglo XX, la acelerada globalización en el siglo XXI, el desplazamiento del poder hacia el Oriente, la enorme expansión de las empresas digitales, el progreso tecnológico, en particular la inteligencia artificial y la biogenética, el cambio climático, los actores no estatales, y la reemergencia de la geopolítica son expresiones de un cambio mayor. Es en este espacio dinámico e incierto que debemos situar nuestra acción política futura”.
“Al comenzar el siglo XXI se observan avances y propuestas para corregir las graves desviaciones de formas de capitalismo extremo y surgen nuevos programas para dar forma al socialismo democrático. Este movimiento no es un movimiento automático hacia el socialismo, sino más bien una orientación hacia una sociedad en la que se incorporan principios socialistas en el propio funcionamiento del capitalismo”.
Proyecto de futuro: socialismo, democracia y participación
Para el socialismo democrático “no hay otro camino que realice sus valores y principios que la democracia, y esa democracia se construye y profundiza progresivamente, avanzando en libertad hacia una mayor inclusión social e igualdad de oportunidades y resultados en áreas esenciales de la existencia”. “El socialismo democrático debe contribuir a un proyecto de futuro compartido y construido con vasta participación”.
Una propuesta de futuro tiene que transmitir esperanza en un mundo mejor. “La democracia se fortalece cuando un propósito común motiva a una comunidad… No es fácil, porque supone la cooperación de muchos. Lo que proponemos es genuino. Cóbrenos la palabra. ¡No se preocupen: será nuestro deber hacerlo!”, expresan los autores del Manifiesto.
No obstante la cuestión es otra: ¿han logrado, de verdad, impulsar un proyecto confiable y seductor que pudieran suscribir las diversas facciones existentes para ser aplicado en una sociedad que los ha castigado como alternativa socialista democrática de izquierda? Desde el interior del Partido Socialista se ha conocido la opinión discrepante de Camilo Escalona, uno de los dirigentes más destacados e influyentes, quien no comparte esta postura revisionista. El Secretario General de dicho partido declaró: “Siempre hay una cierta dialéctica en la aprobación de los textos de las fuerzas políticas. Esa dialéctica en este caso no existe. No me reconozco en ese documento” (Emol, 21 de abril de 2024).
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