Diego Miró Quesada

El potencial humanizador y deshumanizador de la tecnología

Qué hacer para rescatar los valores tradicionales

El potencial humanizador y deshumanizador de la tecnología
Diego Miró Quesada
21 de febrero del 2025


Existen dos tipos de recursos. Por un lado los primarios, que  son inherentes del ser humano mientras; por otro los secundarios, aquellos que podemos intercambiarlos en el mercado. Entre los últimos se encuentran el arroz, la papa y demás alimentos. También la ropa, los utensilios para el hogar, entre otros.

Muchos de los recursos secundarios son vitales para la supervivencia; sin embargo, algunos los tenemos solo para satisfacer una necesidad personal (hay quienes compran cuadros para colgarlos en la pared de casa- necesidad estética) o para complacer un capricho (a veces se tienen adornos en el hogar solo por llenar la sala).

Entre los recursos inherentes del ser humano están su tiempo, su amor, su voluntad, su memoria, su inteligencia, su creatividad y su empatía, entre muchos otros. Son insustituibles, pues el uso que hacemos de ellos no se puede recuperar. Por ejemplo, si realizamos deporte o una labor intelectual en 30 minutos, ese tiempo ya no puede volver a usarse. Se tiene que disponer de otros 30 minutos para llevar a cabo la misma actividad.

¿Cómo saber si se han utilizado correctamente los recursos primarios y secundarios? Cuando se intercambian con otros recursos de valor equivalente. Sin embargo, el valor que un recurso tiene para nosotros depende de lo que deseamos conseguir con él. Si se necesita terminar rápido una tarea universitaria, utilizar nuestro tiempo para buscar información en Wikipedia vital para ella es algo positivo; pero, cuando tenemos la intención de aprender a fondo un tema académico, hacerlo por medio de Wikipedia es un gran error. En su lugar, hay que leer una serie de libros, hacer en ellos cuadros sinópticos y resúmenes. Por otro lado, si vamos a vender suplementos naturales y utilizar las ganancias del negocio para comprar souvenirs en vez de usarlas para pagar los servicios domésticos, estamos intercambiando recursos secundarios de gran valor por unos de poca o ninguna importancia.

Una de las principales características del ser humano es su capacidad para crear tecnologías, desde una caña de pescar hasta los Iphones y los recientes robots que son producto de los genios que trabajan en el rubro de la inteligencia artificial. Se dice que en algunos años veremos en las ciudades robots que serán indiferenciables de los seres humanos tanto en lo que se refiere a la comunicación y apariencia física como en el lenguaje gestual y la expresión de emociones. ¿Darle a un recurso secundario como los robots nuestro tiempo, amor y empatía es algo bueno o malo?

En realidad, es malo. Un robot, al ser incapaz de correspondernos con amor y empatía cuando le damos esas emociones (podemos encariñarnos mucho con una IA y llegar a creer que de verdad siente), estamos desperdiciando en él recursos primarios de vital importancia. El tiempo que pasamos a su lado podríamos utilizarlo para almorzar con algún amigo o salir con una chica.

El desarrollo de la tecnología nos ha dejado tanto cosas positivas como negativas. Lo positivo consiste en su potencial humanizador, pues nos ha facilitado la vida. Por ejemplo, para transportarnos de un lugar a otro ya no tenemos que hacerlo a pie. En vez de eso, podemos utilizar un micro o automóvil que en un tiempo más corto nos permite llegar a nuestro destino.

Sin embargo, la tecnología tiene también un potencial deshumanizador. Es capaz de desvincular a los seres humanos. Si vamos a preferir pasar el tiempo con un robot y no con nuestra pareja o amigos, se está dando más valor a un objeto sin emociones que a personas reales. Es más, un robot, al ser indiferenciable en su comportamiento de un ser humano, puede hacernos creer que siente algún afecto por nosotros, lo cual agrava más la situación, pues se nos vuelve difícil diferenciar lo que es o no realmente el amor. Ante ello, ¿qué podemos hacer?

Quizá la mejor respuesta sea utilizar las nuevas tecnologías de manera práctica. Si se empiezan a vender robots en las tiendas de Lima y nos compramos uno, hay que emplearlo para que haga las tareas del hogar. Pero si le vamos a dar una función que no le corresponde (la de pareja o amigo) perderemos la oportunidad de vivir un amor y amistad verdaderos en los que sí se recibe del otro cariño y afecto.

Muchos me refutarán diciéndome que los valores tradicionales se han ido perdiendo con el tiempo. Que poca gente hoy en día cree en el amor, la amistad, la familia. Sin embargo, si hay muchas familias, parejas o amistades disfuncionales es debido a una mala educación, influenciada por el contenido nocivo que vemos o leemos en los medios de comunicación.

Para rescatar los valores tradicionales en tiempos como los de hoy, se debe dar mayor importancia a la lectura, la educación y transformar el contenido nocivo que vemos o leemos en los medios de comunicación en un contenido positivo. Eso incluye a la prensa, la publicidad y las industrias de entretenimiento como el cine. Solo así colaborarán a rescatar los valores tradicionales de la sociedad y contribuirán a que se modifiquen las estructuras sociales, políticas y culturales de nuestro país. Haciendo un correcto uso de la tecnología, contribuimos a que los ciudadanos tengan una mejor educación. Hay que empezar ya. Cada día sin trabajar en beneficio de la patria es irrecuperable.

Diego Miró Quesada
21 de febrero del 2025

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