Iván Arenas

El Perú y el síndrome de la rana hervida

La estrategia de Perú Libre para obtener todo el poder

El Perú y el síndrome de la rana hervida
Iván Arenas
19 de agosto del 2021


Según la fábula, si colocamos una rana en una olla con agua hirviendo, la rana intentará salir de ahí; no obstante "si ponemos la rana en el agua a temperatura ambiente y no la asustamos, se quedará tranquila. En la medida que la temperatura aumenta, la rana estará cada vez más aturdida y, finalmente, no está en condiciones de salir de la olla y muere".

Todo indica que el Perú empieza a padecer el síndrome de la rana hervida. ¿Cómo así? Desde el Ejecutivo y Perú Libre han entendido que aplicar de golpe las medidas prosocialistas que se camuflan de igualitarias, solo haría que el país (o la rana, disculpen la comparación), reaccione ahora mismo y desde la sociedad se organice una resistencia democrática sin precedentes, mayor a la que ya existe.

Toda la estrategia de los “lapicitos”, en apariencia, está dirigida a que los cambios radicales se realicen de a pocos; Cerrón y los suyos irán subiendo la temperatura del fuego radical. 

Solo así se entiende que en una reciente entrevista Vladimir Cerrón se vista de "sensato" y de moderado, y que el presidente Castillo desarrolle una estrategia de mutis total frente a la crisis social y económica. Una estrategia de comunicación absolutamente deleznable ante los ciudadanos en semejante contexto, pero que tiene como objetivo "normalizar" la nueva relación de poder del Ejecutivo y la prensa independiente. 

En ese mismo sentido, la estrategia de la rana hervida busca evitar conflictos mayores a los que ya se han producido en relación con los nombramientos de ministros y funcionarios que van desde acusados por apología terrorista hasta gerentes de night clubs. La salida del excanciller Béjar es únicamente un tropiezo que será superado bajo la lógica marxista de un paso atrás para dar dos adelante. Si bien Béjar se fue, se quedan los funcionarios militantes o simpatizantes colocados a dedo y por decisión política, que serán el soporte burócrata del gobierno. 

La mayoritaria percepción ciudadana que es Cerrón quien manda en este gobierno; otro asunto que todo indica que se ha asumido como inevitable en el régimen. Es un costo que se debe pagar. ¿Cómo así? Es claro que Cerrón no es el portero de Palacio sino el líder de la estrategia para controlar el poder, y Castillo el líder de la estrategia de gubernamental. En el Ejecutivo ya se da por sentado que, pase lo que pase, así se compartirán las decisiones. Será absolutamente normal ver a Castillo y Cerrón compartiendo las cuotas de gobierno. 

En esa misma línea va la "normalización" de las rondas campesinas como fuerzas de seguridad, el protagonismo del Movadef en el sindicato magisterial y las próximas medidas que saldrán para imponer nuevas reglas de juego a los sectores económicos. En el manual marxista leninista no existe nada más allá que la obtención del poder total. Y creo que aquí, salvo algunos que han combatido a la ideología comunista, no somos conscientes de que hay una clara diferencia entre estrategias de poder y de gobierno. 

Perú Libre ha entendido que tienen el gobierno pero no ese poder legítimo que emana de las instituciones republicanas, que se resisten a ser dominadas por el Ejecutivo. Por eso prefieren por ahora no colocar al Perú en la olla caliente, sino subir el fuego poco a poco.

Iván Arenas
19 de agosto del 2021

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