Iván Arenas

Hoja de coca: administración Castillo y el modelo de Evo

Gobierno quiere convertirnos en un de los mayores productores de coca

Hoja de coca: administración Castillo y el modelo de Evo
Iván Arenas
28 de octubre del 2021

 

Si la banda terrorista denominada FARC pudo mantenerse en vigencia durante más de 50 años en Colombia se debió únicamente a que se convirtió en un gran cártel de la droga. No hay otra razón. Contra Fidel, hay varias evidencias, incluso de los propios capos que lo acusaban de haber tenido vínculos y apoyado a varios cárteles internacionales, especialmente mexicanos y colombianos. Diosdado Cabello fue nombrado en varias ocasiones como jefe de un cártel que utiliza los puertos venezolanos como una vía para la exportación de droga. Aquí, los Quispe Palomino prosiguen la guerra en el VRAEM porque también son una organización de tráfico de drogas apoyada por una ideología comunista.

Como dijimos, de todo lo anterior existen pruebas, evidencias y acusaciones. En el Perú, la administración Castillo ha nombrado a un nuevo titular del Ministerio del Interior que ha manifestado su posición con respecto a desarrollar una nueva política antidrogas que anule el apoyo de Estados Unidos, y que promueva una nueva ley de industrialización de la hoja de coca. El nuevo ministro quiere seguir línea a línea el ejemplo que Evo desarrolló en Bolivia. La congresista Margot Palacios (de Perú Libre) ya presentó hace días el proyecto de ley referido. 

De hecho, cuando Evo llegó al poder en Bolivia había alrededor de 6,000 hectáreas ilegales de cultivo de hoja de coca; hoy existen más de 80,000. No solo eso, el cultivo legal ha crecido de 12,000 a 29,000 hectáreas. Ojo, el cultivo legal. En el 2017, el propio Morales, cuyo origen político es precisamente el movimiento cocalero, a través de una ley duplicó el sembrío de hoja de coca.

Vale recordar que el propio Castillo estuvo en el VRAEM durante su campaña electoral, y su "embajador" fue el ahora poderoso congresista Bermejo. Allí prometió una ley que garantice el cultivo legal y la eliminación de la alianza con la DEA. Todo ello bajo la premisa que el cultivo de la hoja de coca es una tradición milenaria.

El Perú tiene ahora 120,000 hectáreas de cultivo de hoja de coca. Es imposible industrializar semejante producción porque no hay mercado para ello. ¿Adónde iría entonces? No vale hacerse los tontos.

El Congreso está advertido. Si la administración Castillo logra sacar adelante esa ley presentada por la congresista Palacios no hay duda de que, en la práctica, se legalizaría todo el cultivo de la hoja de coca. Y el Perú, como en Bolivia, pasaría a convertirse en un productor, incluso mayor que Colombia de cocaína.

Todo ello lleva a pesar en la estrecha relación de todos los chavismos con el narcotráfico. Desde las FARC hasta Evo.

 

Iván Arenas
28 de octubre del 2021

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