Eduardo Vega
El Perú no es un chancay
Tiene razón la población en pedir mayor calidad en sus autoridades
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Hace una semana colapsó uno de los puentes de acceso a Chancay. Según los informes que salieron en televisión, Provías Nacional tenía conocimiento de la necesidad de reemplazar el puente en mérito al deterioro de la estructura desde el año 2019. Es decir que desde hace cinco años (cinco presidentes y doce ministros de transportes) ya se sabía que la estructura –hoy colapsada– debía ser reemplazada; por lo que, sin importar los trabajos de mantenimiento que se realizaran, su destino estaba decidido.
Hoy se buscan culpables y, por supuesto, si el MTC no deja que el concesionario construya directamente las nuevas estructuras –obviamente para ahorrarse unos centavos–, la lluvia, el río, el tiempo y las cosas de Dios. Son los candidatos perfectos para imputar la responsabilidad; pues como es obvio, la burocracia y el poder político conformado por los supuestos representantes del pueblo o los técnicos especializados no tienen espacio para asumir lo que les toca, cuando se trata de tomar una decisión.
Así las cosas, cuando uno empieza a mirar más allá del trágico evento en Chancay y observa, por ejemplo, que el nuevo terminal del Jorge Chávez no tiene ingresos por razones parecidas; que el distrito de Chancay no ha sido objeto de las inversiones necesarias pese al evidente impacto del nuevo puerto; que los vuelos en Arequipa se suspenden “por mal tiempo”, debido a que los daños sufridos en las luces del aeropuerto durante los actos vandálicos en defensa de Castillo nunca fueron reparados; o que nadie es capaz de priorizar el término de un puente en la capital, prefiriendo perjudicar el tráfico en la ciudad indefinidamente, dejando una grúa en medio de una vía principal; podemos concluir que, nuestras autoridades tratan al “Perú como un chancay” (salvando las distancias de la referencia al bizcocho con el respetable distrito en Lima-provincias).
Y que no nos vendan el cuento de que eso es resultado de una gestión de derechas, porque en la gestión cuatro de los últimos cinco presidentes (no podemos considerar a Merino como un gobierno) estuvieron más vinculadas con las izquierdas y el centro social-confuso al que tanto le gusta proclamar una independencia que no es tal.
Tiene razón la población en pedir mayor calidad en sus autoridades. Pero vistos los antecedentes que llevaron al colapso del puente en Panamericana norte, creo que también es oportuno exigir que los funcionarios públicos se comporten a la altura de las circunstancias, y empiecen actuar con la decisión necesaria para resolver los problemas que a diario afectan a la población, en lugar andar procrastinando y relegando decisiones por miedo a los organismos de control.
El Perú necesita pasar a tener gestiones eficientes, porque sólo así se generará conciencia sobre la recompensa de pagar impuestos. Y para eso se debe ser más proactivo en tomar decisiones que se transformen en soluciones, pues mientras nuestros funcionarios parezcan distraídos mirando las patas de las moscas y se les escapen los elefantes sólo tendremos el suficiente descontento para que salga elegido un loco u otro populista ignorante.
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