El Pensamiento Arana

¿Cómo explicar su apoyo mediático a la minería y a la inversión privada?

Hace unos días, en una entrevista con la periodista Milagros Leyva, el jefe del partido marxista-ambientalista Patria y Libertad, Marco Arana, negó de manera categórica que sea un antiminero y aseguró que sí cree que debe haber minería, “pero bajo ciertas condiciones”. ¿Cuánta coherencia hay entre estas declaraciones y la acción política de ese partido en los conflictos sociales contra la minería, que han derivado en violencia, muerte y destrucción?

Ante la pregunta directa ¿Es usted antiminero?, Arana respondió: “Eso no es cierto, y lo he escrito desde el año 1993: para que haya minería deben cumplirse determinadas condiciones: cuidado ambiental y buen uso de la renta minera, que es muy importante… Conozco mucho de las actividades mineras que se hacen en el país, algunas se hacen mejor que otras”.

Y para que no quepan dudas agregó: “Si la inversión privada, que es necesaria, sea minera, petrolera, forestal o cualquier otra, ayuda para que la población viva en paz y pueda obtener acceso a servicios y trabajo digno, bienvenida”.

Las dudas me asaltaron al escucharlo, y entonces decidí ir a la fuente misma del pensamiento político de Arana: el ideario de Tierra y Libertad, el partido político que él fundó y lidera. En ese documento, T y L se define como un partido de izquierda, ecologista, descentralista, que agrupa corrientes que, “al calor de la lucha de los pueblos, se encuentran para la defensa de los derechos por la justicia social y ambiental”.

El punto 4, titulado “Somos ecologistas radicales”, propone “un modo diferente de vincularnos con el ambiente… superando el modelo extractivista que depreda el entorno natural en aras de un consumismo desmedido…”  Y en el punto 4 de su programa dice:“este modelo (económico) que resulta en pobreza y desigualdad, corresponde a políticas de estado signadas por el neoliberalismo…”

Sin embargo, Arana dice en la televisión que él sí cree en la minería y en la inversión privada. ¿Cómo explicar esta incoherencia? Todo indica Arana está desplegando una estrategia política hacia el 2016 y que es consciente de que para tener opción electoral no puede lanzarse contra el modelo económico que ha reducido la pobreza de 60% a 23% y la extrema pobreza de 20% a 7%. Sabe que las nuevas clases medias no votarán por quien proponga eliminar el modelo que les ha permitido emerger con toda su potencia.

Pero Arana deja cabos sueltos en su discurso de precandidato. Así, cuando se le pide que aterrice su propuesta sobre la minería, solo responde “proponemos nuevas reglas para una nueva minería”. ¿Cuales son esas nuevas reglas? En realidad es una sola gran regla: NO a la minería en las “cabeceras de cuenca”, es decir en las partes altas de los Andes, donde se encuentra el 90% de los proyectos mineros del país. Curiosa forma de estar a favor de esa actividad.

Hay otra incoherencia cuando T y L proclama que su cuarto gran objetivo programático es hacer del Perú un “país ético, justo y libertario”, porque en los hechos ha construido con mentiras el relato antiminero. Por ejemplo al mostrarles a los agricultores de Tambo los videos de la bomba de Hiroshima para hacerles creer que así serán las nubes de polvo que se levantarán con las explosiones de la mina Tía María. O decirle a los campesinos de Cajamarca que las fuentes de agua están en las cumbres de las montañas, en las que las lluvias solo discurren para descender a los ríos y lagos. O decirles a la gente de Islay y Mollendo que la desalinización del agua de mar en Islay matará a los peces del litoral, cuando todos los países líderes en protección ambiental utilizan cada vez más esas plantas.

En pensamiento Arana adolece entonces de una gran inconsistencia. Su única virtud parece ser su “flexibilidad”, pues su líder puede doblarlo como le parece y mostrar solo las partes que le ayuden a conseguir su objetivo: ser candidato presidencial el 2016

Por Víctor Robles Sosa

01 – Jun – 2015