Francisco de Pierola
El oportunismo caviar
Quienes hicieron campaña por Pedro Castillo hoy quieren decidir el futuro del país

Este último fin de semana fue un momento importante para todos aquellos caviares quienes, necesitados de atención, salieron a marchar por una causa absolutamente politizada: la alta criminalidad. Finalmente se logró el objetivo que era la censura de Juan José Santiváñez en la cartera de Interior.
La creación de narrativas caviares siempre usa el mismo patrón: buscar un problema de la sociedad y culpar a sus enemigos políticos, para poder presentarse ellos mismos como los únicos capaces de solucionar el problema. El caviar mesiánico llega para salvar el Perú.
Es curioso, sin embargo, que muchos de estos artistas e influencers sean muy presurosos a salir a criticar el “régimen Boluarte”, pero no tuvieron la capacidad de prever las consecuencias políticas de votar por Pedro Castillo y Dina Boluarte en el 2021. Y son estos mismos bribones los que luego quieren decirle a la población cómo se debe elegir a representantes.
¿Qué es lo que busca la mafia caviar? Busca convertirse, una vez más, en los paladines contra la corrupción, atacando a un Congreso y presidencia venidos a menos. El objetivo podría ser instaurar un gobierno de turno de la mano de un caviar dócil para recuperar los espacios perdidos del Ejecutivo en unos cortos 6 a 8 meses. De esta manera, garantizan la mermelada a la moribunda prensa hambrienta que tan deseosa está de tener de vuelta a un símil de lagarto, reparten consultorías a sus aliados oenegeros, muy dolidos con la pérdida de USAID, y también designan en cargos importantes a lo que los gringos llaman el verdadero “cuarto poder”: esa clase burócrata que actúa desde las tinieblas, sin haber sido elegidos, pero no asumen responsabilidad por sus acciones.
Si esto no funciona, porque tal vez no cuenten con los votos para una vacancia, lo que buscan es llegar a las elecciones del 2026 con el activo de “haber luchado contra el Congreso y Ejecutivo”. Lo importante que es el valor del discurso: ellos están buscando la inestabilidad política, pero en nombre de la “democracia” y como sus intereses son autopercibidos como moralmente superiores, el resto debemos dejar que estas criaturas “semidivinas” nos enseñen el camino correcto, porque no tenemos la dicha de ser ellos.
Prueba de esto último es el vandalismo causado por los manifestantes y constante agresión a las fuerzas del orden. ¿Cuándo fue la última vez que los medios se pusieron del lado de la policía, como debería ser? No, es más fácil culpar a la PNP y defender a la Fiscalía y PJ. Esa es la estrategia caviar. Destruir la propiedad queda validado si los objetivos son moralmente superiores.
El término mismo sobre lo que significa ser “caviar” también ha sido tema de discusión y de debate. Astutos son estos inmorales al tratar de desvirtuar a sus enemigos cuestionando su discurso. Ojo que estos son los mismos feministas quienes dicen defender los derechos de las mujeres, pero luego son incapaces de definir lo que una mujer es.
Caviar es un progresista con plata. Esa es una definición bastante sencilla pero acertada porque explica la incongruencia de su discurso. Abogan por causas presuntamente justas como la “justicia social” como mecanismo para buscar una igualdad de resultados, desconociendo que la desigualdad es una consecuencia de la libertad.
La libertad de superar a nuestros pares es lo que motiva a las personas a salir adelante. A arriesgar tiempo y dinero para emprender. Esa motivación de tener y ser más que el resto es lo que ha construido todas las grandes civilizaciones.
Pero cuando se castiga la ambición, privando a las personas de la libertad para enriquecerse, se frustra el deseo del individuo de salir adelante, en favor de una sociedad más “igualitaria”. Subsecuentemente, las personas encontrarán espacios donde su ambición no sea castigada, sino premiada, y es así como el talento y la inversión se fugan del país.
Por eso, ser un caviar es ser un imbécil. Una persona incapaz de ver la incompatibilidad de libertad e interseccionalidad, que es la ruta de guía del progresismo para entender las desigualdades de la sociedad. Quien busque otorgar privilegios disfrazados de derechos a cualquier persona que use la autodeterminación para hallarse como una víctima de la sociedad, contraviene el principio de libertad que debe regir en un mercado y contraviene también el principio de imparcialidad que debe primar en la justicia.
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