El objetivo de Sendero Luminoso es el miedo

Nada separa al terrorismo de la delincuencia

El objetivo de Fuerza Popular, según declaraciones del congresista Luis Galarreta, es ganar las elecciones del 2021; el de PPK ingresar a la OCDE —exclusivo grupo de países ricos— y el de la población, la respuesta oportuna y conveniente a sus necesidades. El objetivo de Fuerza Popular es legítimo, diferente al romanticismo expresado por Haya de la Torre: “Convencidos de nuestros principios democráticos, preferiríamos ser derrotados a sacrificar lo que hay de moral y puro en nuestro movimiento”.

Compartimos los esfuerzos de la OCDE para mejorar las condiciones de la vida humana, y no solo viabilizando las oportunidades de los inversionistas. No todo es economía. Los números valen para quienes saben cómo incrementar sus riquezas. ¿Y la población, la no aleccionada en principios y valores básicos? ¿Simples consumidores atontados con las frivolidades del mercado? Además, todavía no se dice cuánto costará la membresía. ¿Otro Panamericano más?

Los objetivos de la población van por líneas diferentes. Eliminar la anemia sería el primero, comenzando en orden alfabético y, acabaría con la z de “zánganos”, refiriéndonos a la burocracia heredada del gobierno de Humala y de todo aquello de lo que no se habla: los programas sociales como fuente de contrataciones y gastos sin ofrecer resultados contundentes.

Los objetivos de Sendero Luminoso y sus agrupaciones de fachada siguen siendo los mismos: profundizar la lucha de clases, generar un clima de violencia y destruir los medios de producción. Y los delincuentes encajan, son el alfil del ideario terrorista. Los “sindicatos de construcción civil” siguen pidiendo cupos y puestos de trabajo en las obras, y los constructores siguen asustados. Hace quince años sus capataces y residentes fueron violentados y objeto de burla al ser metidos de cabeza a cilindros de agua para las risas de los trabajadores.

El alcalde de Comas, Miguel Saldaña, ha sido amenazado por la Asociación de Familiares de Presos Políticos, Desaparecidos y Víctimas de Genocidio (Afadevig). Será denunciado si demuele el mausoleo que alberga los restos mortales de sus “combatientes” y “víctimas del terrorismo de Estado”. Dice además que el Poder Judicial no se pronuncia sobre la exhumación de esos cadáveres. La autoridad judicial se demora, encontrará un argumento legal para evadir el tema, para que otro decida. El miedo funciona; sigue siendo el objetivo de Sendero Luminoso, es su victoria.

La reciente liberación de delincuentes por parte de un juez no sería un hecho aislado. Ese juez tal vez es amenazado. Nada separa al terrorismo de la delincuencia, que no se conmueve con la muerte ni participa de los objetivos nacionales. En el pasado, Sendero Luminoso amenazó jueces, los obligó a liberar a los acusados por terrorismo. La estrategia de un solo comando ofreció resultados con jueces sin rostro que evitaron que los jueces sean asustados.

Al clima de miedos se suman las autoridades corruptas, ocupadas pensando en cómo birlar los presupuestos sin que nadie se dé cuenta; y los funcionarios y alcalde de Magdalena, Francis Allison, avasallados por empresarios que desprecian la vida humana. La mamá de uno de ellos, según Allison, llamó a su esposa para decirle que su hijito perdería plata si cancelaban el evento de Halloween pasado.

Las soluciones aisladas son nada frente a tantos males que deberían ser resueltos con políticas de guerra. Y la guerra es contra la delincuencia, el narcotráfico y el terrorismo maquillado e instalado nuevamente en nuestra sociedad.

Manuel Gago