Juan Sheput

El espectáculo debe continuar

El diálogo de líderes políticos para acordar un adelanto electoral

El espectáculo debe continuar
Juan Sheput
17 de febrero del 2023


El espectáculo continúa, la escenificación tiene que ver con el adelanto de elecciones. Los espectadores deben creer que el Gobierno hace esfuerzos para lograr dicho objetivo; no se deben dar cuenta de que es simplemente una maniobra para ganar tiempo. Cada día es una victoria que alimenta la ilusión de quedarse hasta el 2026. En su obsesión de cumplir el quinquenio no se dan cuenta que este escenario, el peor de todos, puede llevarnos a un Estado fallido.

En medio de la trama, el Gobierno recurre a una vieja maniobra: convocar a los líderes políticos. No le importa que estos sean impopulares y el Gobierno esté deslegitimado. Tampoco importa que el pueblo pida, en porcentajes cercanos al 80%, adelanto de elecciones. El pretexto de la convocatoria es la búsqueda del diálogo para obtener consensos, pero ¿consensos de qué? El Gobierno no ha establecido una agenda común que lleve a ese propósito. Los temas están abiertos y su discusión no depende de la presidenta ni de ninguno de los funcionarios que la rodean, dependen de los invitados.

Siendo así es obvio que no habrá ningún consenso. Si cada grupo político habla lo que quiere, se discutirá de todo y no se concluirá en nada. Y el Gobierno habrá ganado tiempo en la búsqueda de la percepción ciudadana que cree que se están haciendo esfuerzos para el adelanto de elecciones. Pero no hay nada. De las reuniones no se desprenden posturas unitarias ni concretas, mucho menos una agenda legislativa. Esto se corrobora con las declaraciones que dan los visitantes de Palacio: uno defiende su presupuestos y pretensiones municipales, otro sus proyectos regionales, unos piden anticipo de elecciones, alguno que Dina renuncie y hasta hay afanosos que defienden permanecer hasta el 2026. Todos se cuadran ante las cámaras para narrar sus quince minutos de visita palaciega que simplemente no ha conducido a nada, porque el Gobierno no tiene la decisión política de impulsar el adelanto de elecciones.

“Haremos lo que el Congreso decida”, es la frase monumental que no es otra cosa que una irresponsable lavada de manos. La presidenta Dina Boluarte está jugando con fuego, con vidas humanas, con sectores económicos deprimidos. No se puede salvar a la República con el lastre de un Gobierno que mantiene estructuras corruptas, así como con un Congreso infectado de parlamentarios que deben y temen enfrentar a la justicia. Si ella no plantea su renuncia a la presidencia como alternativa al empecinamiento del Congreso en no adelantar elecciones, simplemente se estará burlando de todos los peruanos.

Juan Sheput
17 de febrero del 2023

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