Dudas sobre la compra de armas

Tanta es la corrupción histórica que es comprensible que haya quien dude de todo lo que se licite, de todo lo que se compre, pese a las necesidades. Se lee en Perú21 que Perú comprará 24 aviones de guerra de alta gama que decuplica el precio de los comprados por Milei, 24 aviones F-16 de vieja gama y usados para Argentina, y muchos saltan y no solo por la yapa (un avión presidencial para Perú), sino que la diferencia es alta (Perú21, 19 de octubre). En realidad, bien podría transparentarse la compra en su estructura de costos para evitar disensos.

La otra discusión es si es que es necesaria. Para muchos, con el puerto de Chancay la geoestrategia cambia, los ojos de Chile nos mirarán mal porque nuestros puertos serían de su cabotaje, pero es difícil imaginar a un país tocando los intereses chinos.

Y hay quienes se valen de la historia. Recuerdan  que durante el gobierno de Manuel Pardo (1872-1876), se licenció a un gran número de oficiales, lo que explica que muchos militares (los hermanos Gutiérrez entre ellos) se opusieran a la elección del civilista. Quizás podría comprenderse la situación si la mano de Pardo no hubiera firmado el tratado de alianza defensiva con Bolivia y Argentina. “Pacto secreto” luego revelado, del que Argentina se desmontó y Bolivia más tarde en plena guerra con Chile, en la batalla del “alto de la alianza”. El Perú quedó solo, desarmado y arrasado.

Ya Miguel Grau, diputado por Paita, había llamado a la compra de dos blindados durante la gestión de Balta. El Congreso autorizó la compra de los dos acorazados. La Casa Dreyfus aceptó prestar, el tema es que no se compraron. 

Necesario armarse cada década sí, pero como en los casos históricos en los que quedamos desguarnecidos, hay hechos pasados que  generan dudas en más de uno.  ¿Recuerdan el escándalo de los Mirage 2000 en la década de 1980 y el de los 18 aviones interceptores MiG-29 y 18 aviones de ataque a tierra Sukhoi Su-25 en los 90? No es que necesariamente tengamos en ciernes un caso de corrupción, no, pero el tema es ¿qué puede ser prioritario con tantas necesidades y con ciertos pasivos como Petroperú? ¿Una invasión externa no convencional? ¿Sería razonable que se explique detalladamente la prisa en los aviones?

No se olvide que el frente interno podría configurar  una “guerra”  con visos de invasión. La seguridad ciudadana tiene un elemento que nadie contempla, la transnacionalización del crimen y probablemente la mano de Nicolás Maduro o de alguna fuerza extraña detrás. Importa leer el buen artículo de Martha Meier MQ en Expreso.

“Algo pasa en el mundo”, a Europa llegan cada día cientos de migrantes hombres con el biotipo de una soldadesca. Son okupas y causan caos con la complicidad sutil de los gobiernos progresistas.

No extrañaría que en algún momento gane la comprensible tentación de la suspicacia que ya recorre Europa y de encargar a las Fuerzas Armadas el orden interno, cuando el análisis permita comprender el real objetivo del enemigo atomizado, que no son anarquistas como dice Boluarte, sino un aparente brazo desestabilizador de no sabemos quién.  Es un fenómeno articulado. Solo es una hipótesis ahora. La seguridad ciudadana puede tornarse en un tema de seguridad nacional,  cuando así ocurre urge armarse, comprar tecnología y equipos policiales, valerse de ayuda externa, de participación militar de infantería y de provisión de recursos para lo que pasaría a ser ya un objetivo militar. 

Cuando la gente reclame un Bukele y lo vote en urnas, que sea uno que ponga en orden la casa, no uno que, con furia tirana, nos robe a todos la democracia.