Jorge Morelli

Devolverle el poder a la Corte Suprema

Para acabar con la autonomía de las cabezas de la Hidra

Devolverle el poder a la Corte Suprema
Jorge Morelli
18 de julio del 2018

 

El presidente ha convocado al Congreso a una legislatura extraordinaria para decapitar a los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura. Podría igualmente decapitar a la Corte Suprema y eso no acabaría con el monstruo. Ya lo hemos hecho antes, además. Este no es básicamente un problema de personas probas, sino de una arquitectura institucional fallida que hay que rediseñar. Decapitar no basta. Como sabían los griegos, cuando se le corta una cabeza a la Hidra, esta sale de nuevo.

En este sentido, la comisión de “notables” que ha nombrado el Gobierno para reformar la justicia no tiene lo que necesita para cumplir con su encargo. En primer lugar, porque el ámbito del encargo es demasiado pequeño y no cubre todo el problema. Su cometido debió ser la reforma del equilibrio de poderes, porque lo que está mal es la relación entre los tres poderes del Estado, y no el Poder Judicial únicamente. Si no se aborda la relación entre los poderes, reformar la justicia por sí sola terminará de nuevo en el fracaso. Porque precisamente por eso es que ha fallado en el pasado.

No obstante, el encargo a los “notables” ni siquiera cubre la reforma completa del sistema de justicia, como se proclama. Veamos. A lo largo de los años, la Corte Suprema fue despojada de sus funciones para entregárselas a organismos autónomos: el nombramiento de los jueces y los fiscales, y el control constitucional. Así es como se creó la Hidra de siete cabezas —además de la Corte Suprema, el Tribunal Constitucional, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Ministerio Público, etc.—, entre las que ninguna prevalece y todas se devoran entre sí.

La solución es evidente: devolverle a la Corte Suprema las funciones que le son propias como cabeza del sistema de Justicia. Con la Corte Suprema a la cabeza, podrá incluirse en el sistema el nombramiento de los jueces y fiscales a cargo de un organismo que reemplace al CNM. Y que sea una puerta de entrada y salida del poder Judicial, bajo la responsabilidad política de la Corte Suprema.

Devolverle el poder a la Corte Suprema es la forma de acabar con la autonomía de las cabezas de la Hidra. Y entonces quedará solo un último paso: devolverles igualmente a los otros dos poderes —el Ejecutivo y el Legislativo— la función de la que también fueron despojados: la del nombramiento de los jueces y fiscales supremos. Restablecido el equilibrio de poderes, podremos dejar atrás por fin nuestra democracia de baja gobernabilidad.

 

Jorge Morelli
18 de julio del 2018

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