Darío Enríquez

¿Cuál es realmente nuestro modelo económico?

Viene resistiendo todo tipo de ataques que pretenden destruirlo

¿Cuál es realmente nuestro modelo económico?
Darío Enríquez
17 de noviembre del 2022


Ya dejó de haber debate sobre el rol central que tuvieron las reformas económicas de los años noventa para que el Perú logre un proceso de crecimiento sostenido durante 20 años, entre 1992 y 2012. Pero desde este último año, hasta hoy, el famoso “modelo” ha sufrido todo tipo de ataques y, pese a una preocupante ralentización en la última década, sigue “parando la olla” del Perú. La reaparición de la pobreza extrema en las periferias urbanas, la fuerza con que la pobreza rural sigue haciendo estragos en el campo peruano y las perspectivas negativas de nuestra economía, contrastan con el festival consumista que se ve día a día ¿Qué sucede, entonces?

Dicho sea de paso, otras economías –como la boliviana y la nicaragüense– siguen una trayectoria en gran parte similar a la peruana, siendo modelos que políticamente son calificados de “socialistas” y autoritarios (valga la redundancia). La peruana fue autoritaria aunque electoralista en buena parte de los noventa y luego ha tenido diversos vaivenes, pero sigue rigiéndose por las leyes. Pese a ciertos rasgos autoritarios, podemos decir que en el Perú rige plenamente el estado de derecho. Todos los conflictos y sucesiones en el poder (como haber tenido tres presidentes en menos de dos semanas, en noviembre 2020) se han resuelto conforme a ley.

Milton Friedman decía que para propagar el crecimiento y la prosperidad debemos tener tanta libertad de mercado como sea posible. Algunos liberales critican tal posición –la califican de “tibia”– porque cualquier límite a la libertad debería ser eliminada. Ese giro de “tanto como sea posible” reconoce que, más allá de la teoría, hay restricciones de la realidad y debemos enfrentarlas logrando entonces “tanto como sea posible”.

¿Por qué Perú, Bolivia y Nicaragua, teniendo tan diferentes modelos económicos en vigor, muestran aparentemente perfiles de resultados tan similares? Tal vez debemos dar una mirada diferente a lo que llamamos “modelo” ¿Perú tiene un modelo “neoliberal criollo”, mientras en Bolivia se trata de un modelo “socialista andino” y el de Nicaragua uno “socialista tropical”? Aquí entra en el análisis el rol de la economía informal.

No es fácil ni definitivo estimar el porcentaje de participación que tiene la informalidad en una economía. En el caso de las tres economías que citamos, tenemos estimaciones de 65% para el Perú, 80% para Bolivia y 75% para Nicaragua. Los tres países tuvieron en su momento un proceso de reformas económicas (más o menos profundas), que en forma estigmatizante algunos llaman “neoliberales”. En Perú, el discurso oficial fue bastante explícito respecto de la bondad de estas medidas (por lo menos hasta 2012), mientras en Bolivia y Nicaragua las reformas se instrumentalizaron a nivel macroeconómico, aunque con un discurso oficial adverso al “neoliberalismo”.

Las economías informales suelen desenvolverse con tres características comunes: baja productividad, mínima seguridad social y libertad económica práctica. Esto último responde a una cierta rebeldía de los informales para arrancar cuotas de libertad enfrentando las restricciones estatales. Esto se da incluso a partir de actividad ilegales o extralegales.

En tanto una exploración primaria del tema, estaríamos frente a la emergencia de un tipo de modelo económico espontáneo, en el sentido que no es definido por el Estado sino que emerge por la acción humana en la economía y la sociedad. Eso acerca mucho los modelos económicos reales de Perú, Bolivia y Nicaragua. Si bien la parte formal del modelo puede ser bastante diferente si comparamos unos a otros, la parte informal funciona de modo bastante similar. Estas economías informales son asociadas a las muchedumbres (léase bono demográfico) y también son tributarias de la imparable globalización del comercio desde la última década del siglo 20. Quizás por eso es que se constata cuerdas separadas y también que la economía en general no sería mayormente afectada por la inestabilidad política ¿Tiene límite que la política torpe y regresista no afecte la dinámica espontánea de la próspera economía informal emergente, libre y desafiante del orden establecido?

Tenemos más preguntas que respuestas. Sin duda las reformas “neoliberales” establecieron una base sólida que favorece el desarrollo de actividades económicas, entre ellas de la economía informal Algunos procesos como los de titulación en Perú, crean condiciones de acceso a la propiedad que juegan a favor de mayores libertades económicas. También la casi desaparición de represión contra las actividades comerciales informales (ambulatorias) y la promoción de “reubicación” bajo el formato de centros comerciales populares. El modelo peruano, como el boliviano y el nicaragüense entre otros, tiene un enorme componente informal que resulta clave para interpretar y descubrir de dónde es que viene esa mejora material que, aunque no implique desarrollo, al menos ha significado superar los niveles de pobreza extrema y la emergencia de nuevas clases medias ¿alcanzará para emprender el camino hacia el desarrollo? Veremos.

Darío Enríquez
17 de noviembre del 2022

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