Carlos Adrianzén

Corrupción burocrática e ideología

En un gobierno de izquierda siempre existe una gran corrupción burocrática

Corrupción burocrática e ideología
Carlos Adrianzén
16 de abril del 2025


Iniciaré estas líneas destacando que cada quien es libre de definir lo que sería la izquierda o la derecha como le acomode. De hecho, puede elegir entre el desinterés o el apego a labias encandiladoras, difusas e incluso inestables. Por eso las venden para todos los gustos. Desde las apasionantes, las románticas-justicieras, las autocomplacientes o las deprimentes, hasta las puramente incendiarias. Parafraseando la letra de una canción de Alejandro Lerner, usted es libre de defender su ideología; aun admitiendo que ella puede ser tóxica o… un flagrante fraude.

Sin embargo, nada es perfecto. Las ideologías –incluso las que abrazamos– se descubren y simplifican cuando buscamos una definición concreta y epistémica. Aquí vamos a definir lo que sería la izquierda –etiquetada con sus variadas aserciones (i.e. socialismo, comunismo, progresismo, wokeismo, fascismo, etc.)– como lo hizo Friedrich Engels. Como la antítesis del capitalismo. Y a este último, lo definiremos como un nivel extremo de libertad política y económica. 

De esta forma, tanto la una cuanto la otra –y sus variantes–, se convierten en algo concreto y medible. Para ellos usaremos las series publicadas de los índices de libertad política o económica. Elaborados, décadas de por medio, por oenegés como Freedom House o Heritage Foundation. Y haremos esto por dos buenas razones. 

La primera se da porque desconfío de la retórica. Es decir, desprecio el palabreo afiebrado. Aquí simplemente buscaremos un referente racional medible antes de hablar de cualquier tema específico. La segunda buena razón se da porque existen infinitas ideologías. En un lugar o periodo, cada una asociada un punto dentro de un intervalo infinito de puntos o niveles de opresión política y/o económica. 

Bipolarmente, en un extremo estarían el comunismo y el fonéticamente engañoso vocablo fascismo, con niveles elevados del índice de opresión (o bajísimos, de un índice de libertad política o económica); y al otro extremo, el Capitalismo o la derecha ideal. Un smithiano Sistema de Libertad Natural donde no se debería poder abusar del pueblo en modo significativo. Todo en medio de una pléyade se socialismos mercantilistas (donde parte de la opresión se justifica inventándole utilidades a un mercader).

Por favor, nótelo. Aquí, las poses o narrativas no epistémicas y/o los sentimientos o las creencias de cada quien, resultan irrelevantes. Aquí definimos socialismo o izquierda como lo que es: escalas altas y/o crecientes de opresión política y económica. Y capitalismo o derecha también como lo que es: escalas altas y/o crecientes de libertad política y económica.

Somos conscientes de que estos estadios ideológicos no implican necesariamente niveles de libertad u opresión estables en el tiempo. Y que –para facilitar su confusión y procrastinación– existen regímenes con bajísimos niveles de opresión… que se etiquetan como socialistas. Y viceversa. 

Lo más chocarrero en este plano –como seguramente repetiría un difunto profesor de lógica escocés– serían aquellos mercantilistas que se autodenominan como capitalistas. Algo tan manipulador como el reciente vocablo woke: socialismo de mercado.Llegados a este punto acerquémonos a la conexión explícita con el título de estas líneas. El nexo entre la ideología y la corrupción burocrática.

Aunque como lo sostuvimos al inicio, existen innumerables y amañadas definiciones no epistémicas de izquierda o derecha, las opciones individuales ingresan a un vacío insoportable cuando nos integramos al ámbito del servicio público. Cuando alguien –como un ex presidente mexicano– justifica abiertamente la Corrupción de los Burócratas. Las coimas y robos, así como la complicidad hacia ellas. Por ello los invito a dar el siguiente paso.

 

Precisando de qué estamos hablando

Antes de enfocar la conexión del título, los invito a subrayar algo que, siendo obvio, escondemos con ilusión. Desde que se miden los índices de libertad política y económica peruanos, la evidencia empírica (ver gráfico I), contrasta que somos una nación bastante oprimida. Que resulta iluso repetir que somos una nación de ciudadanos libres. La opresión es tolerada e incluso elegida (Velasco, APRA-Izquierda Unida vs Fujimori, García Pérez II).

Aquí, como se achaca a gobiernos de demasiados mandatarios sudamericanos, prevalece el dicho: “poder que no abusa, no es poder”.

Figura I
No somos libres. Nunca lo fuimos
El caso peruano 2010-2023

www.freedomhouse.org www.heritage.org Elaboración Propia

 


Recordando las Ideas de Harriet Taylor

Avancemos. El segundo plano de esta historia nos refiere a nuestras cifras de gobernanza estatal en el periodo 2010-2023. Este ambiente de alta opresión económica y política ha tenido contraindicaciones. Los diferentes opresores en el gobierno –técnicamente los izquierdistas de turno (etiquételos usted como crea, de izquierda o derecha)– han consolidado su estilo de gobierno sobre el subgrafo de la derecha de la figura II.

Han consolidado una sociedad con estimados africanos de corrupción e ineficacia burocrática, incumplimiento de la Ley y tolerancia flagrante a la violencia; ergo, que rompe significativamente el orden público. Cuando –seguramente, digo yo– la esposa de John Stuart Mill delineaba la idea de la captura marxista de la superestructura, sabía lo que implicaba quebrar la separación de poderes y tolerar selectivamente abusos.

La tercera figura de estas líneas no nos permite obviar las cosas. A Corrupción Burocrática nacional (línea de color azul) –como tendencia de largo plazo– es el sello de este Perú Oprimido por las izquierdas locales.

Figura II
La captura de la superestructura
El caso peruano 2010-2023

www.worldbank.org Elaboración Propia

 

Las cosas aquí resultan difíciles de esconder, y el tercer gráfico complementa la conexión entre la Izquierda –etiquétela como usted quiera o le hayan dicho–, solo refrenda otra vez la observación anterior. En el Perú en el periodo analizado, las altas opresión política y económica implican mayor descontrol de la Corrupción Burocrática. Así le rompa el corazón, la corrupción burocrática es rampante en estos ambientes.

Figura III
La opresión requiere corrupción
El caso peruano 2010-2023

 www.worldbank.org www.freedomhouse.org www.heritage.org Elaboración Propia


Comparaciones Ilustrativas

Pero no tema estimado lector. No lo voy a abrumar con regresiones de data de panel. Solo lo invito a ponderar lo mismo, grosso modo, sobre una muestra de seis naciones, con tremendas diferencias institucionales. 

En todos los casos (Finlandia, Chile, Perú, Colombia, México y Venezuela), el promedio trianual de los estimados de Tolerancia a La Violencia Ideológica, Cumplimiento de la Ley, y Corrupción e Ineficacia Burocráticas nos cuentan lo mismo. Los Gobiernos más opresores registran peores estimados de Control de Corrupción Burocrática. 

Figura IV
Gobierno de izquierda es igual a corrupción burocrática
La evidencia de seis plazas emblemáticas

www.worldbank.org Elaboración Propia

 

Y este es el punto. El cotejo no puede ser más explícito. Resulta aquí irrelevante si usted considera a Finlandia, México o Venezuela tres naciones igualmente de izquierda. O si usted cree que Chile o Perú tienen economías Capitalistas. Lo cierto, es que los países con mayor opresión (de izquierda en la definición usada) tienen mucho peores estimados de corrupción burocrática.

 

Corolario para confusos 

Pero, por favor, no se sienta mal. Si el actual presidente salvadoreño, repite suelto de huesos, que Hitler –un dictador opresor y genocida– no era izquierdista. O si muchos analistas creen que un empresario mercantilista –un entusiasta de la intervención estatal que le inventa utilidades– es un capitalista, entienda que, en las discusiones sobre etiquetas ideológicas, la versatilidad es amplia y la profundidad algo accesorio.

Antes de cerrar el tema, me referiré brevemente al tan apreciado centro político. De los tres vocablos enfocados, resulta de lejos el más deprimente. Solo implica un estadío tranquilizador hacia la opresión y la mayor corrupción. Un buen amigo lo definía como un tránsito popular hacia el infierno.

Y sí. Existen regímenes etiquetados como de derecha que tienen una burocracia muy corrupta. Solo que son gobiernos opresores. Es decir, para la perspectiva de estas líneas, son de izquierda, no importa lo arraigado o pragmático de su discurso.

La gran lección aquí resulta la clave para ejercer ciudadanía. Defina las cosas de modo tal que no pueda medirlas y resulte así mucho más difícil que lo engañen.

Carlos Adrianzén
16 de abril del 2025

NOTICIAS RELACIONADAS >

La gran oportunidad

Columnas

La gran oportunidad

Hoy enfocaremos cuentos de vaqueros. De vaqueros estadounidenses y de ...

09 de abril
Algo más que estancados

Columnas

Algo más que estancados

Se escriben y repiten muchas cosas sobre la economía peruana. C...

02 de abril
Huele a peligro

Columnas

Huele a peligro

Casi nunca es una buena idea ignorar la historia que nos envuelve. Com...

26 de marzo

COMENTARIOS