Manuel Gago

Coronavirus: la lucha no es política

Gobierno regala “plata como cancha”

Coronavirus: la lucha no es política
Manuel Gago
26 de abril del 2020


Por la cuarentena, la economía está afectada y los contagiados, como era previsible, continúan en ascenso. No obstante, la gente compra televisores y cajas de cerveza. Entonces, plata hay en ciertos sectores “pobres” de la población. ¿El bono universal que planea entregar el Gobierno de Martín Vizcarra servirá para más televisores y cajas de cerveza? ¿Para más consumo, en lugar de ahorro e inversiones? 

El objetivo de Vizcarra debe ser detener el aumento de las muertes entre las personas contagiadas de coronavirus, en lugar de regalar dinero. La tarea no es política. La responsabilidad del Gobierno es la detección temprana de los contagiados para apartarlos y ofrecerles tratamiento médico. No se trata, como se ha señalado en este portal, de un encierro medieval sino de apartamientos selectivos para reducir los daños sociales y económicos. Se trata también de escuchar a los que más saben. 

Para los científicos extranjeros, los contagiados continuarán extendiéndose en todo el mundo. Según Isaac Ben-Israel, la propagación del virus tiende a cero en 70 días “sin importar las medidas de los gobiernos”. En marzo pasado, poco después del inicio de la pandemia, en un mensaje dirigido a la comunidad mundial, Naftali Bennett, ministro de defensa israelí, recomendó el aislamiento de las personas mayores e indicó que el virus se instalará y su propagación ocasionará inmunidad. “Tarde o temprano, la humanidad será inmune al coronavirus, como es inmune a otros virus. El resultado será como en el caso de los niños pobres jugando en los basurales, inmunizados por su contacto permanente con los gérmenes que producen infecciones y enfermedades. El coronavirus dejará miles y hasta millones de muertos hasta lograrse la inmunidad”, escribimos el pasado 22 de marzo. 

Knut Wittkowski (senior research associate, Rockefeller University) ha señalado, audazmente, que el virus debe ser aireado para inmunizar cuanto antes a la población. Es más, para las personas vinculadas a los tratamientos médicos “el hombre, de manera natural, genera sus defensas”. 

¿Acaso proponemos que la población salga a las calles como si nada ocurriera? Por supuesto que no. Los protocolos sanitarios indicados por las autoridades (distanciamiento entre personas, uso de tapabocas y guantes e higiene permanente) deben ser respetados rigurosamente por la población para evitar el aumento de muertes y personas contagiadas acudiendo a los centros de salud colapsados. No obstante, la población debe cuidarse por sí misma. El Estado, dirigido por Vizcarra, ha fracasado. 

Regalar dinero sin planes definidos es perjudicial. El bono de S/ 380 de Vizcarra provocó aglomeraciones de personas en los bancos. Por Vizcarra y los alcaldes, multitudes asistieron a eventos políticos de repartición de alimentos. El contagio de coronavirus fue promovido por los mismos gobernantes. ¡Solo en Perú! 

En lugar de regalar dinero, Vizcarra pudo experimentar sistemas de alimentación centralizados con la cooperación del sector privado. La pandemia pudo haber sido una magnífica oportunidad para las Fuerzas Armadas, para movilizar sus vehículos y personal asistiendo a la población. La falta de imaginación y audacia –que se exige en el sector privado– caracteriza a Vizcarra. Tampoco hubo prevención y plan para las personas que decidieron retornar a sus lugares de origen. Hoy, miles de personas caminan abandonadas en las carreteras y hasta detenidas por la policía. Sálvese quien pueda. ¿Es la política del Gobierno? 

Con las arcas fiscales vacías, Vizcarra endeuda al país. Más adelante, otros presidentes pagarán el préstamo de la banca internacional. Más adelante, la población creerá que Vizcarra fue un presidente magnífico porque con él había “plata como cancha”. Y los socialistas exigen más intervención del Estado y más dinero para regalar. Incentivan a la población a vivir de la caridad, del esfuerzo de otros. ¡Parasitismo!

El ingeniero Vizcarra –el populista, sin ingenio ni soluciones sensatas o científicas– planea más impuestos a los ricos. La verdad: Vizcarra postergó el pago del impuesto a la renta (IR), y si el impuesto va, no será para las necesidades de hoy. A Vizcarra –el contratista moqueguano– tampoco se le ocurre promover las inversiones productivas, reduciendo los obstáculos que él mismo ha generado. Recordemos que Vizcarra complotó con el comunismo –según vergonzoso audio difundido– para lograr la paralización del proyecto de cobre Tía María. 

Hasta ahora no existe una obra de Vizcarra que genere riqueza, trabajo o reduzca la pobreza en el país. No obstante, Vizcarra es popular, el político idóneo para la mayoría de peruanos. La pandemia le sirve para regalar dinero…

Manuel Gago
26 de abril del 2020

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