Guillermo De Vivanco

Cincuenta años después de Velasco, aparece Castillo

Regresa el discurso que empobrece

Cincuenta años después de Velasco, aparece Castillo
Guillermo De Vivanco
04 de enero del 2022


El 1 de enero de 1972 fue asesinado Luis Banchero Rossi. Un crimen incomprensible sobre el que se tejieron diversas hipótesis y que dio lugar al juicio más mediático de la historia. Se buscó la motivación que habría tenido el asesino, el jardinero Juan Vilca Carranza, para apuñalar hasta la muerte al empresario peruano más exitoso de su época. Se especuló sobre una conspiración nazi o el interés político de desaparecer al gran capitán del empresariado privado, ya que al año siguiente le confiscaron sus empresas.

Lucho Banchero había llevado al Perú a ocupar el primer lugar en el mundo en exportación de harina de pescado. Dueño de un gran carisma, campechano y amigo de los pescadores, este brillante tacneño construyó un imperio empresarial con intereses en distintas áreas de la economía.  Poco tiempo después de su desaparición el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas procedió a la estatización de sus empresas.

En esa fecha trágica, ya habían transcurrido tres años de Gobierno militar.  Se había producido la expropiación de la IPC así como la expropiación de más de 15,000 fundos agrarios y de nueve millones de hectáreas. La vorágine estatista y totalitaria fue acentuándose. El 26 de julio de 1974 se confiscaron los diarios y se deportó a los periodistas opositores a la dictadura. El discurso marxista de Velasco fue exacerbar la lucha de clases, de manera muy similar a lo que hizo el presidente Pedro Castillo en su primera declaración oficial: dividió a los peruanos, satanizó al capitalismo (acusándolo de egoísta, codicioso y acaparador); sembró el odio hacia las empresas, así como a los empresarios, a los que llamó despectivamente “patrones”. Y en un lamentable discurso en Piura, dijo que “que no habría suficientes algarrobos para colgarlos a todos”. El resto es una historia que parecen desconocer las generaciones posteriores. Como ejemplo diremos que de las 659 cooperativas agrarias formadas a raíz de la reforma agraria solo cinco han sobrevivido.

Ante la incompetencia profesional de Castillo y su cuestionada conducta ha surgido una resistencia en el Congreso contra los intentos totalitarios y populistas del presidente. No va a poder convocar a una Asamblea Constituyente, ni expropiar Camisea, ni llevar a cabo una segunda reforma agraria, ni obtuvo facultades para su reforma tributaria. Asimismo fracasó en su intento de convocar el Runasur en el Cusco, una asamblea para formar una patria plurinacional con su socio Evo Morales.

La reiterada conducta amoral de Castillo, es denunciada casi a diario por la prensa independiente. Sin embargo no basta vacar a Castillo, hay que vacar al comunismo. Si no, ¿qué asegura que la población cambie su estado de ánimo respecto a la narrativa comunista y terminemos eligiendo a otro comunista radical? Vacar al comunismo requiere que el pueblo se desengañe con un sistema económico que espanta el capital y crea desempleo. Los miles de empleos directos e indirectos que se van a perder, los recursos por canon y regalías que no van a llegar, el encarecimiento de la canasta familiar van a ser el detonante que despierte una protesta masiva de los miles de afectados y que se cuestionen las falsas premisas antimineras, así como las negociaciones de las oenegés y sus abogados comisionistas. Entonces ¿estará el Congreso en sintonía con el pueblo al que representa?

La izquierda se va a enterrar en la misma fosa que Perú Libre. Habrá perdido la oportunidad de ser un facilitador para lograr acuerdos que permitan la extracción y explotación de nuestra riqueza minera y la captación de capitales. Sin embargo, por su miserable cuota de poder ha optado por repetir un sistema fracasado. No es sostenible financiar los programas sociales a través del endeudamiento o la subida de impuestos.

Castillo no aprovecha los increíbles precios de los minerales, desperdicia la excelente oportunidad de generar riqueza y tener un gobierno exitoso, de pasar a la historia como un estadista moderno. Lo mataron la ideología, las malas juntas, el nepotismo, el clientelismo y la corrupción. Cómo extrañamos a peruanos visionarios como Luis Banchero que supieron generar trabajo y crear riqueza. ¡Honor a su memoria!

Guillermo De Vivanco
04 de enero del 2022

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