Jorge Varela

Chile: legados políticos que identifican

Lo bueno y lo malo de sus gobernantes

Chile: legados políticos que identifican
Jorge Varela
18 de febrero del 2025


Cada vez que un gobernante finaliza su mandato, los ciudadanos, los partidos políticos, las organizaciones y los medios de comunicación social comienzan a debatir acerca del legado material e inmaterial que deja a su pueblo mandante y al país.

 

El legado político evalúa la gestión 

En el ámbito jurídico, un legado es la disposición de un bien o de una parte específica de bienes que hace una persona (causante) a favor de otra (legataria). Disposición que al ser formalizada legalmente debe ser respetada por todos sus herederos. Es una asignación (donación) por causa de muerte a título singular.

En el campo de lo público y de la administración política, dicho legado sirve para evaluar históricamente la gestión de los gobiernos, exitosa o fallida, y ponderar a través de sus acciones u omisiones, los distintos logros, beneficios, frutos, éxitos y fracasos, durante el período de mandato. ¡Por sus legados, los conoceréis!

 

Un legado identificador 

No siempre los análisis en torno al legado de un presidente permiten la confluencia de todas las visiones, algo normal en una democracia plural que acoge en su seno la expresión dialéctica de diferentes ideas y opiniones. Por ejemplo, según el analista Max Colodro, el exministro de Interior Andrés Chadwick sostuvo que “el principal legado del (primer) gobierno de Piñera era la posición asumida (por éste) para los 40 años del golpe militar”. A juicio de Colodro “el quiebre moral que esa postura significó al interior de la derecha marcará sin duda un antes y un después, destinado a tener hondas repercusiones en el reordenamiento futuro de dicho sector” (Max Colodro, artículo “El ‘legado´ de Piñera”. La Tercera. 16 de febrero de 2014).

Recuérdese que Sebastián Piñera imputó a su sector responsabilidades de ‘cómplices pasivos’ de las violaciones a los DD.HH. “Difícil es saber cuánto de diseño o de simple sentido de oportunidad hubo en ese posicionamiento, cuyas implicancias… seguirán siendo decisivas para una derecha que se ha visto moral y culturalmente derrotada por la incapacidad de asumir sus responsabilidades históricas”. ¿Estrategia o convicción?

Max Colodro fue profético al escribir: “paradójicamente, el aporte de este ‘legado’ coincide con un nuevo quiebre de los consensos sobre el modelo económico y social construido desde el inicio de la transición democrática”. Es decir, en ese período comenzó el debilitamiento del ‘modelo’ institucional y de desarrollo económico.

Si hace más de 11 años se inició una etapa que “puso punto final a los acuerdos sobre el tipo de sociedad en el que queremos vivir”, la violencia octubrista de 2019 fue la eclosión inevitable de un proceso que se estaba gestando social y políticamente en la conciencia de quienes saben oler la confusión, la decadencia y la debilidad del adversario. La izquierda radical dura -hija de Lenin- tiene clara ventaja genética al respecto.

 

Hacerlo mal o hacerlo bien

A casi un año del término del mandato de Gabriel Boric abundan aquellos comentaristas presurosos que escriben con anticipación acerca de lo que podría ser su legado incierto y desconocido. Para dejar legados es básico disponer de algo, es imprescindible haber construido algo, -no basta confeccionar una simple narrativa-, se requiere capacidad para hacerlo de modo responsable. Cualquiera fuere la suerte de lo que pudiere ocurrir en 2025, el destino del líder de esta joven generación de inexpertos está marcado por el fracaso rotundo de aquella propuesta constitucional que -según dijeron- abriría paso a una serie de reformas prometidas en campaña.

A esta altura es posible que todavía muchos militantes frenteamplistas continúen inspirados en los versos de “Hacer por hacer”, una canción de Miguel Bosé de 1999 (“No sé si hacer o más bien deshacer. Hacerlo mal o hacerlo bien. Hacer por hacer, solo por deshacer, solo para deshacer”). Cuando aún falta un cuarto año de camino, ¿es este el mejor momento para hablar del supuesto legado de Boric?

 

Cosas buenas y no buenas

Quizás varios no han leído las declaraciones del sempiterno dirigente socialista Camilo Escalona, quien dijera en marzo de 2018: si hay algunos exégetas que quieren que le rindamos culto a la palabra legado, “no estoy ni ahí”. En dicha ocasión agregó: “No estoy en esa fila de exégetas que quieren rendirle culto al legado de Bachelet. Sí creo que hay reformas muy valiosas, en especial la de educación” (entrevista en La Tercera. 25 de marzo de 2018)

Su juicio concreto sobre el legado del segundo gobierno de Michelle Bachelet: “Hay cosas buenas y cosas no buenas”, cobra actualmente particular relevancia, pues es el principal impulsor de una tercera postulación de la cuestionada ex-presidente.

Por ahora, la recomendación a eventuales legatarios es: esperen que el gobernante causante ponga término a su compromiso histórico con el pueblo y luego siéntense para escuchar al albacea. Solo en ese instante se cerciorarán si de verdad se acordó de ellos y les dejó algún bien o beneficio de valía.

Jorge Varela
18 de febrero del 2025

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