Iván Arenas
Castillo y la irracionalidad política
Los vetos, los antis y las guerras entre diversos sectores políticos

El presidente Pedro Castillo es culpable y responsable de la pésima gestión de su Gobierno. Pero el presidente Pedro Castillo, a contraparte de lo que se dice, no es culpable del abismo político en el que se encuentra el Perú en estos momentos, abismo que podría ser más profundo. Para el suscrito, Castillo es producto de la guerra irracional en la política peruana. De los vetos, los antis y las guerras que desde diversos sectores políticos se han organizado en los últimos 30 años en el Perú. Me explico.
Quizá no lo habíamos notado antes, pero lo de Castillo se veía venir tiempo atrás; es como la cereza del pastel que podría tener más pisos. Sé que se dirá que todos son generales luego de la batalla, pero honestamente no era novedad la degradación de la política. No obstante lo anterior, como dijimos, no se puede explicar la elección de Castillo sin todo lo acontecido en las últimas tres décadas de irracionalidad política.
La judicialización de la política, la polítización de la justicia, la persecución de algunos líderes y partidos políticos, la hipercorrupción Lava Jato, la exposición de una candidata con chaleco en cadena nacional, el suicidio de un ex presidente, la traición y posterior encubramiento de un mentiroso compulsivo como Vizcarra y la posterior elección en el 2021 de Castillo son parte de un todo. Y ese todo es la irracionalidad política
Para ser honestos, en esta irracionalidad política a la que se ha llegado hay responsabilidad de todo el arco político. Sin embargo, no podemos dejar pasar por alto la actitud frenética de un determinado sector político que, a pesar de no tener una organización política sólida, influye decididamente en la agenda nacional y llegan a gobernar (sin ganar elecciones). No voy a especificar nombres, pero una parte de la izquierda mesocrática y cierto liberalismo confundido –en otras palabras, los caviares de izquierda y de derecha–, tienen una gran responsabilidad en la agitación de esta irracionalidad en la que estamos.
Por eso señalo que Castillo es responsable de colocar a Valer, pero no es responsable de estar sentado en Palacio. Porque a pesar de todas las advertencias, la izquierda y los liberales "dignos" optaron por elegirlo. Y sobre todo, organizaron una de las más devastadoras guerras de religiones y estiraron el "anti" hasta tal punto de elegir a Castillo, una persona sin capacidad para gobernar. Y encima arguyen que volverían a votar por Castillo.
La irracionalidad política no va a parar. Se irá Castillo pero la irracionalidad política quedará. El problema es que el país se irá a un abismo si no se opta por la racionalidad y se evitan los vetos y los antis.
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