Carlos Adrianzén

Aquí no pasa nada

Cerrando los ojos frente a la megarrecesion y la corrupción burocrática

Aquí no pasa nada
Carlos Adrianzén
07 de septiembre del 2020


La última actualización del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) para el periodo 2021–2024 proyecta para este año una fuerte contracción de la actividad económica nacional. En él se plantea que el PBI se reduciría solamente 12.0%, mientras la inversión privada en apenas 15.5%. A pesar de ello, con toda lucidez, el documento aludido reconoce lo obvio. Destaca –entre líneas– que la cuarta megarrecesión del siglo se asocia a un tremendo error de gobierno. Al
shock burocrático vinculado a las medidas de distanciamiento y aislamiento social implementadas desde mediados de marzo pasado. Es decir, al deplorable diseño e implementación de la cuarentena. Particularmente, a la descapitalización de las acciones de distanciamiento y aislamiento social (sin repriorización del gasto estatal a todos los niveles) y a la aplicación a rajatabla de protocolos poco inteligentes.

En el mismo documento, dado que se dibujan cuentas externas virtualmente equilibradas, se espera un severo incremento del déficit fiscal del Sector Público No Financiero: un enorme 10.7% del PBI. Aunque el MMM califica tamaño desequilibrio fiscal –mayor en más de nueve puntos porcentuales del PBI al déficit del 2019– como un fenómeno transitorio, el adjetivo no puede esconder la magnitud del evento ni sus implicancias. De hecho, las cifras publicadas a julio pasado (ver gráfico adjunto), dadas las estacionalidades tradicionales de la producción y recaudación tributaria peruana, exacerban las preocupaciones previsibles respecto al tamaño del déficit proyectado.

La explicación central para este quiebre fiscal es el derrumbe de los ingresos, a pesar de la severa caída (-15%) de los flujos anualizados de inversión pública. Las inquietudes detrás de este desastre fiscal son múltiples y severas. 

La primera nos refiere a una perentoria observación: para que exista un déficit de tal magnitud tiene que existir alguien que lo esté financiando, sufriendo una enorme extracción de recursos financieros en esta misma magnitud. Y en este caso, dados los efectos globales de la pandemia (y posiblemente, la falta de reflejos del ejecutivo), quien mayormente está cubriendo este desaguisado es el llamado financiamiento interno. Es decir, por angas o por mangas, usted. O si lo prefiere de esta manera: las personas y las empresas que operan en el país. Particularmente, las jubilaciones y ahorros. Solo a julio pasado, nos han extraído un flujo anualizado de cerca de nueve billones de dólares americanos. Esto, para financiar fundamentalmente un flujo de gasto corriente no priorizado; y sin considerar los convites de las empresas públicas, financieras y no financieras.

La segunda observación implica lo que despertaría desencajar este año un flujo neto de 9% o 10% del PBI a los privados locales, en medio de la actual megarrecesión. Nótese que esta versión del MMM anticipa un déficit fiscal persistente. Enorme (6.2% del PBI) para el próximo año, en un ambiente electoral; y que, el retorno hacia algún grado de equilibrio fiscal, recién lo veríamos en los últimos tiempos del próximo régimen (si este llega a ver la luz). Pero esto no es una broma. Sostener –como lo hace el MMM– que tanto el PBI primario como el no primario crecerán simultáneamente a un ritmo de cerca del 10% el 2021, resulta algo tremendamente iluso, por dos razones meridianas. 

Por un lado, a pesar de los valiosos términos de intercambio del comercio exterior que aún registramos, la megarrecesión despertada por la torpeza gubernamental habría llevado a la inversión privada a cerca de la tasa de depreciación, multiplicado la informalidad y comprimido el producto potencial. Por otro, este déficit –al aspirar tal volumen de recursos de los privados locales– implica tal escala de crowding out (desplazamiento de gasto privado por gasto público) que no solamente desplazaría a la inversión, sino también a ciertos consumos privados. En buen español, el enorme hueco fiscal imposibilita un rebote significativo o rápido.

Tercero, dado lo elevado del forado fiscal producido, en los meses venideros aparecen –a modo de una andanada de golpes a la sostenibilidad fiscal del país–: (a) los efectos de las correcciones previsibles a las calificaciones de riesgo soberano y locales; (b) el sostenido incremento del peso de la deuda pública acumulada; (c) el indeterminado costo fiscal de las iniciativas demagógicas del ejecutivo y del legislativo (ONP, AFP, CAS, et al); (d) la incertidumbre sobre los resultados electorales y el rumbo de la política económica local; y –por supuesto– (e) la previsible prolongación del cuadro recesivo. 

De la mano con la opinión participante del Consejo Fiscal, para algunos observadores –dadas las situaciones y las formas– la actual crisis fiscal se asemeja al efecto destructivo de una bomba de 10 megatones sobre la economía nacional. 

Están muy equivocados. Aquí no pasa nada. A la gente le gusta que le cuenten que este déficit de 10.7% del PBI es solo un desequilibrio más. Y que este –como sostenía ese economista inglés (catalogado por Xavier Sala i Martin como el mejor difusor del estatismo en la historia de la economía)– en realidad sería un déficit reactivador. Hoy, otra vez, hay que cerrar los ojos a la realidad y a la corrupción burocrática, confiar en la izquierda hoy en el poder (burocracia y prensa) y vociferar hablando de deudas sociales. No recordemos que los tontearon ayer enviándolos a la ONP y luego, los vuelven a engañar con un bono desfinanciado. Después de todo, aquí no pasa nada (nuevo).

Carlos Adrianzén
07 de septiembre del 2020

NOTICIAS RELACIONADAS >

Corrupción burocrática e ideología

Columnas

Corrupción burocrática e ideología

Iniciaré estas líneas destacando que cada quien es libre...

16 de abril
La gran oportunidad

Columnas

La gran oportunidad

Hoy enfocaremos cuentos de vaqueros. De vaqueros estadounidenses y de ...

09 de abril
Algo más que estancados

Columnas

Algo más que estancados

Se escriben y repiten muchas cosas sobre la economía peruana. C...

02 de abril

COMENTARIOS