Jorge Varela

Alta cultura, arte de las masas y humanismo

En la sociedad del espectáculo

Alta cultura, arte de las masas y humanismo
Jorge Varela
22 de febrero del 2022


En un artículo anterior de reciente data, abordamos el sabroso y fecundo intercambio de posiciones que Lipovetsky y Vargas Llosa –dos colosos contemporáneos– sostuvieron acerca de la “alta cultura” y su vinculación con la libertad, en el Instituto Cervantes de Madrid-España. (abril de 2012) Ahora proseguiremos con el enfoque de lo que Lipovetsky denomina “el arte de las masas”.

Uno de los argumentos expuestos por  Gilles Lipovetsky en el citado diálogo fue: “Quizá tengamos una visión distinta de la alta cultura. Usted ve –le dice a Vargas Llosa– en la alta cultura un contrapeso, una salvación frente a la desregulación mortífera de la sociedad del espectáculo y del capitalismo. No compartimos, sin embargo, el mismo optimismo. Usted piensa que la alta cultura es un medio capital, esencial para rectificar una vertiente del capitalismo. Yo, en cambio, soy más escéptico. Quizá tengo menos fe… La alta cultura, que es el humanismo, es una vía. Pero no es la única. Es una vía que debe acompañar a otras”. 


El arte de las masas

“La sociedad del espectáculo crea algo inédito en la historia: el arte de las masas. La sociedad moderna, desde el siglo XX, inventa algo que no existía hasta entonces y que podemos llamar el ‘arte de las masas'. El cine, por ejemplo”. “El cine no ha cambiado la estética, ha creado algo distinto. Al lado de las grandes jerarquías estéticas ha creado un arte de la diversión que nos puede dar obras mediocres pero también piezas magníficas”.


Sociedad del espectáculo, conformismo y resignación
 

“No tengo nada contra el espectáculo –le responde Vargas Llosa, a modo de reflexión–, pero si la cultura se vuelve solo espectáculo, creo que lo que va a prevalecer en última instancia más que el sosiego es el conformismo. Una especie de conformismo, de resignación, de actitud pasiva”. Según el gran escritor peruano, en la sociedad capitalista moderna la pasividad pura del individuo significa el desplome de las instituciones democráticas, una actitud que va en contra de la participación activa, creativa y crítica del individuo en la vida social y en la vida política. “¿Cómo puede a la larga sobrevivir una sociedad democrática sin una participación de la gente más pensante, de la gente más sensible, de la gente más creativa, de la gente con mayor imaginación?”. 


Alta cultura, desborde de la violencia e ideología humanista 

Según Lipovetsky, Vargas Llosa ha resaltado un punto: “Lo que somos los hombres modernos se lo debemos a la alta cultura. Se lo debemos a la filosofía y a la literatura. La democracia, los derechos humanos y el humanismo no nacen así como así… El mundo moderno nace del espíritu de ciertos pensadores que han puesto el germen”. “Esta es una invención intelectual que debemos a la alta cultura. Estamos de acuerdo”. 

“No estoy completamente convencido, en cambio, de que la alta cultura nos preserve, nos conserve y nos proteja contra el desborde de la violencia, del totalitarismo o de violencia de cualquier otro orden... Hoy no solo la alta cultura defiende los valores que usted quiere y aprecia tanto como yo: muchos campos, como la televisión, el cine y todo un conjunto de producciones de masa, celebran los derechos humanos y la dignidad. Quizá no lo hagan con obras que serán consagradas por la historia, pero, a pesar de todo, difunden la ideología humanista”.


El aporte de la sociedad de consumo no es suficiente 

“La sociedad de consumo, del espectáculo, da lo mismo, ha aportado muchas cosas: ha creado bienestar, ha abierto las opiniones, ha disuelto las grandes ideologías, ha dado más autonomía y al mismo tiempo no es suficiente ”. “No podemos satanizar a la sociedad de consumo… Hay que quedarse con lo que esta sociedad tiene de positivo (libertad, longevidad, modos de vida); pero al mismo tiempo hay que reconocer, y aquí estamos de acuerdo, que el universo del consumo es incapaz de cumplir con las aspiraciones más elevadas del hombre. El hombre no es solo un consumidor”. “¿Cuál es la diferencia entre el consumidor y el hombre? “Con una perspectiva humanista, herencia de la alta cultura, esperamos del hombre que sea creativo, que invente, que tenga valores; condiciones que la sociedad de consumo no da”.

Jorge Varela
22 de febrero del 2022

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