Giancarlo Peralta

Alfonso López Chau: un nuevo fracaso

Pretende postular a la Presidencia con una alianza demasiado heterogénea

Alfonso López Chau: un nuevo fracaso
Giancarlo Peralta
19 de junio del 2024


En reciente entrevista Alfonso López Chau, rector de la Universidad Nacional de Ingeniería, manifiestó su interés de postular a la Presidencia de la República en 2026. Si bien es cierto no lo hace de manera expresa, manifiesta con relación
a Carlos Añaños (mandamás de Aje Group) que si candidatean separados, el empresario tiene mayor chance de ganarle. Entre líneas, el mensaje de López Chau es “vayamos juntos”. Sin embargo, luego de desear que Añaños gane, reitera su adhesión a los postulados socialistas.

Por otro lado, señala que promueve un gran bloque de centroizquierda que reúna a demócratas, liberales honestos, izquierdistas democráticos ¿socialdemócratas? Los gobiernos que han ejercido el poder de manera más coherente y ordenada son aquellos entre cuyos representantes hay una homogeneidad de pensamiento. Puede haber discrepancias sobre la manera cómo se puede alcanzar un objetivo, pero congregar a personas con ideales totalmente disímiles, como las ideas socialistas y las ideas liberales, es casi como promover la anarquía desde la cumbre del Poder Ejecutivo.

Si el Perú avanzó y se reorganizó tras el primer militarismo post período de la independencia fue porque contábamos con una base económica proporcionada principalmente por la explotación del guano. Ramón Castilla Marquesado, quien gobernó entre 1855 y 1862, en dos mandatos, aprovechó dichos ingresos para integrar el territorio nacional y modernizar el estado. Ello fue posible gracias a que contó con personalidades que compartían ciertos objetivos.

Más adelante, Manuel J. Pardo y Lavalle, fundador del Partido Civil, ejerció la presidencia de 1872 a 1876. Intentó reorganizar la hacienda pública, pero no logró su objetivo por la caída de los precios del guano y el conflicto entre los consignatarios del salitre. No obstante, agrupó bajo un mismo pensamiento a quienes promovían la gratuidad de la enseñanza y la creación de las escuelas de artes y oficios (en la actualidad, institutos técnicos).

Posteriormente, Augusto B. Leguía gobernó de 1908 a 1912 y de 1919 a 1930, su último período de gobierno fue denominado el “Oncenio de Leguía” y calificado como dictador por los líderes de los nacientes partidos APRA (fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924) y Socialista (fundado por Jose Carlos Mariátegui en 1928). Durante el mandato de Leguía se ejecutó un vasto plan de obras públicas (construcción de carreteras e irrigaciones), se fundaron los bancos de Reserva y el Central Hipotecario, así como la Guardia Civil del Perú, y se estableció límites fronterizos con Colombia (1922) y Chile (1929). Estas acciones de gobierno fueron posibles porque contó con un grupo de políticos que lo respaldaron y compartió un ideario. Además del soporte que tuvo la caja fiscal gracias a la expansión de la actividad minera. Durante su mandato inició operaciones el complejo metalúrgico de La Oroya (1924).

Entre 1948 y 1956 gobernó el general Manuel A. Odría, quien por medio de un golpe de Estado depuso al presidente constitucional José Luis Bustamante y Rivero. La administración de Bustamante y Rivero fue caótica, no hubo unidad de criterio entre quienes ejercieron el poder y la naciente democracia volvió a colapsar. Odría gobernó ocho años y se benefició de la estabilidad económica de la post segunda guerra mundial y el alza de los precios de los metales.

Hacia el otro extremo del espectro ideológico se encontró el general Juan Velasco Alvarado, quien presidió la denominada primera Fase del gobierno de las Fuerzas Armadas entre 1968 y 1975. Llevó a cabo profundas reformas económicas y políticas que resultaron en un enorme fiasco para el país. Las ideas socialistas alejaron la inversión, las haciendas fueron confiscadas a sus propietarios y parceladas por medio de la Reforma Agraria (1969), pasado el entusiasmo inicial, la producción de alimentos cayó y empezó la escasez de los productos de primera necesidad. Las políticas orientadas al control de la actividad productiva por parte del estado fracasaron.  No obstante, sólo pudo ejecutar dichas acciones de gobierno gracias a la coherencia en el error de quienes lo acompañaron.

Alberto Fujimori Fujimori, quien gobernó durante la última década del siglo XX, enfrentó la hiperinflación (que había alcanzado 7,650% en 1990) con un amplio paquete de reformas económicas y estructurales, que dieron sus frutos mediante el control de la inflación.  Las medidas de inteligencia operativa permitieron la captura de los principales líderes subversivos y con seguridad y estabilidad económico empezó a llegar la inversión nacional y extranjera; pero, ahora, en manos de empresarios privados. Las reformas de los años 1990 al 2000 implicaron un cambio constitucional que fue posible gracias a la coherencia en los objetivos de gobierno.

Si Alfonso López Chau pretende aliarse a una locomotora política, como podría ser Carlos Añaños o cualquier otro empresario de renombre, es probable que tenga una mayor oportunidad de ser parte del eventual gobierno del período 2026-2031. Pero también es cierto que, a la luz de la historia republicana, juntar perro, pericote y gato llevará al Perú a un nuevo fracaso.

Giancarlo Peralta
19 de junio del 2024

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