Alcalde de Ate ataca a la derecha popular

La semana pasada, en la avenida Separadora Industrial, fiscalizadores de la municipalidad de Ate agredieron brutalmente a la propietaria y trabajadores de un food truck, establecimiento móvil de comida rápida. El responsable político de esta barbarie –destrucción a pedradas de propiedad privada– es el alcalde Franco Vidal Morales, de Avanza Perú. Una vez más se exhibe la prepotencia de la autoridad edil. Se hizo evidente la inexperiencia, improvisación y falta de imaginación para resolver “la problemática” de la informalidad. Y lo peor: la ausencia de partidos políticos señalando la ruta que deben seguir sus alcaldes. En lugar de actuar contra los delincuentes, los esfuerzos municipales se distraen acosando a pequeños y medianos inversionistas.   

La avenida Separadora Industrial cruza la importante zona industrial entre Ate y La Molina, vía utilizada para salir e ingresar a la carretera central. No es zona restringida, sino de tránsito preferido por los camiones de carga y los vehículos de transporte público. Es una avenida ancha con dos carriles de ida y vuelta, separados por una gran berma central. La inseguridad del lugar es, de alguna manera, reducida por estos vehículos utilizados para vender comida rápida. Su iluminación invita a comensales y, asimismo, ahuyenta del descampado a los criminales. Con estas particularidades, no se entiende cómo las autoridades de Ate impiden, actuando con violencia desmedida, este comercio nocturno. 

El alcalde Vidal está en falta. Clausuró mercados, bodegas, tiendas y otros establecimientos. Apresurado colocó avisos de clausura de locales. No obstante, no hace ningún esfuerzo contra la prostitución disfrazada de establecimientos dedicados al “masaje”. ¿Hernando de Soto es responsable político? ¿La dirigencia de Avanza Perú tiene políticas claras sobre el desarrollo de la derecha popular? 

La popularidad de De Soto surge con El Otro Sendero, libro que interpreta la informalidad nacional. Más allá del diagnóstico, presenta a los peruanos como emprendedores natos. Resalta su espíritu edificador. La nombrada derecha popular ha logrado hazañas económicas con singular esfuerzo, ahorro, optimismo, unidad; y sobre todo, contra la normatividad estatal que todo lo detiene. Los emporios comerciales saltan a la vista. Allí están Gamarra, Las Malvinas y las cachinas de Ate, de la avenida Aviación y de otros en Lima y provincias.

La agroexportación desarrollada por pequeños y medianos inversionistas, la industria metalmecánica y otros rubros son también el mejor ejemplo del ímpetu nacional. El comercio informal es crucial para la dinámica económica nacional. Miles de padres de familia envían a sus hijos a las universidades vendiendo en las calles. ¿Cómo entonces, en lugar de sincerar esa normatividad obesa que da pie a la persecución, acoso y destrucción del poco capital de la informalidad, no se destinan esfuerzo para alentarlos y ordenarlos?

El alcalde Vidal tiene un proceso de suspensión del cargo por tecnicismos propios de una burocracia a la medida de los comunistas e izquierdistas. Por quítame esta paja los regidores lo quieren fuera del cargo. Contrariamente, los propietarios de negocios, los que de distintas maneras aportan al progreso del distrito, quisieran verlo fuera del cargo por incompetente junto a sus regidores, asesores y demás autoridades que hacen de la función pública un instrumento de poder, figuración y forma de vida. 

Los responsables de la ineficiencia, falta de transparencia y actos de corrupción en los trabajadores municipales y el sector público son los electores y partidos políticos, también destruidos por tanta normatividad socialistas e izquierdistas. El deterioro de la gestión municipal detiene el desarrollo de los pueblos. Un frente más para el avance de la conmoción social. Así de simple. Todo con un origen malévolo: el comunismo y la estupidez vestida de autoridad.