Giovanna Priale

A propósito de la violencia de género

Empoderar a las niñas, con amor y respeto

A propósito de la violencia de género
Giovanna Priale
26 de noviembre del 2020


Este miércoles 25 de noviembre se celebró el Día de la Lucha contra la Violencia de Género. Fue un punto de inflexión para repensar lo avanzado y lo pendiente. Observo con entusiasmo que hay mucha más consciencia de que las mujeres tenemos los mismos derechos que los hombres, y que merecemos ser tratados igual, sin que seamos víctimas de violencia física o psicológica por nuestra condición de mujeres.

En la práctica, sin embargo, el número de feminicidios y violaciones que vemos en las noticias, día a día, nos muestra que aún estamos lejos de un trato equitativo entre hombres y mujeres. A eso se suma que en los últimos meses son mucho más las mujeres que perdieron su empleo o debieron quedarse en casa para el cuidado de los niños y ancianos, pues se sigue creyendo que estas tareas son básicamente femeninas.

Mención aparte merecen las redes, como Twitter o Facebook, en las que no existe aún control suficiente para bloquear los insultos o amenazas de violencia que las mujeres enfrentan como  producto de sus opiniones diferentes o de las posiciones que ocupan. He vivido en carne propia insultos e insinuaciones, dada mi condición de mujer, en respuesta a mis opiniones sobre temas complejos. Podemos pensar distinto, pero en las conversaciones deberían primar el respeto y la discusión alturadas. 

Me hubiese gustado que Twitter y Facebook bloqueen los insultos y comentarios ofensivos, independientemente de que el atacado sea hombre o mujer; pero con mayor énfasis en los ataques que representan violencia verbal contra nosotras. Por ello, espero que en el futuro cercano las redes bloqueen este tipo de mensajes y que las personas seamos mucho más conscientes de que pensar distinto no nos debería llevar a agredir al otro.

Cuando era pequeña, apenas alguien intentaba faltarme al respeto, estaba mi papá para defenderme, y su presencia “enorme” en mi vida me enseñó a no amilanarme ante las agresiones. Esto lo comparto por dos razones: i) para que los padres empoderen a sus hijas para que, con el amor que les transmitan, desarrollen la fortaleza necesaria para seguir luchando por un mundo mucho más equitativo; ii) para que aquellas niñas que se criaron sin padre construyan una muralla interior de amor propio que las encamine a ponerse siempre en el primer lugar, porque es el que les corresponde: ser lo más importante de sus vidas.

Soy una bendecida. Tengo el inmenso regalo de escribir estas líneas para que otras mujeres, como yo, sepan que estamos luchando por nuestros derechos; que no es fácil, pero que si tenemos el apoyo incondicional de las redes sociales, las de hoy y las que se generen, será más fácil educar a algunos varones, todavía creyentes del insulto fácil o de la insinuación como herramientas de “enseñarnos a guardar silencio”.

Quisiera terminar este artículo con una cita de Simone de Beauvoir: “El día en que le sea posible a la mujer amar, no en su debilidad, sino en su fuerza; no para escapar de sí misma, sino para encontrarse a sí misma; no para humillarse, sino para afirmarse a sí misma, ese día el amor será para ella, en cuanto al hombre, fuente de vida y no de peligro de muerte ”.

Giovanna Priale
26 de noviembre del 2020

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