LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Se cae primera reforma de Vizcarra
El referéndum bastardeó la Constitución
La noticia acerca de que de los más de cien postulantes a la Junta Nacional de Justicia (JNJ) solo tres aprobaron el examen de conocimientos fue un baldazo de agua fría para los republicanos. Era evidente que los mejores abogados del país no estaban dispuestos a participar en un proceso de reforma que nació con “el asalto de las masas y las encuestas de empresas irresponsables”, que registraban “el espíritu constituyente de la nación”. ¿En qué lugar del mundo una reforma constitucional en democracia ha surgido con encuestazos y periodicazos que desentrañan la voluntad constitucional de las mayorías? Los mejores constitucionalistas y profesionales del derecho, en el fondo, saben que esta reforma será reformada cuando acabe este circo para el populacho que bastardeó la Constitución. Todos lo saben.
Pero he aquí lo extremadamente sorprendente. El envilecimiento de la Carta Política —una Constitución que nos ha permitido desarrollar cuatro elecciones sucesivas sin interrupciones y reducir pobreza del 60% de la población a solo 20%— lo lideraron el presidente Vizcarra, las ONG marxistas (encabezadas por Transparencia e IDL) y los medios tradicionales. Las propuestas de la JNJ y la estatización de las campañas electorales nacieron de esa coalición. Allan Wagner encabezó una anterior comisión de notables de Vizcarra. Hoy Fernando Tuesta encabeza a los nuevos notables vizcarristas.
Sin embargo, IDL hoy pretende cargar las culpas del desastre en los resultados a la Comisión Especial encargada de convocar el concurso de la JNJ, que integran el Poder Judicial, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría y representantes de universidades públicas y privadas. ¿De dónde nació el proyecto de la ley de la JNJ? ¿No se acuerdan? Pero lo más grave es que IDL y las demás ONG marxistas pretenden desconocer los resultados porque el primer lugar ha sido ocupado por David Dumet, un abogado de derecha, católico militante, quien se atrevió a tuitear con dureza contra el fiscal Domingo Pérez. ¿Qué puede haber en las elucubraciones del IDL para atreverse a tanto? La respuesta es simple: control, para mantener el poder político.
En el Perú ya sabemos qué pasa cuando estas ONG marxistas llegan a controlar instituciones tutelares de la República, tal como sucede con la Fiscalía de la Nación. Gustavo Gorriti se convirtió en el teórico y portavoz oficioso de las detenciones sin acusación fiscal ni juicio oral de los políticos de oposición. Un proceso que hoy parece declinar, luego de la muerte del ex presidente Alan García. El saldo para la democracia es devastador: una Constitución bastardeada y un sistema político emponzoñado y destruido para que asomen “los refundadores de la patria con una nueva constituyente”. Gracias, pues, a los patriotas marxistas.
Sin embargo, el deber de los republicanos es seguir preservando todas las instituciones que ha deteriorado el vizcarrismo con sus juegos plebiscitarios. Debemos fortalecer la Comisión Especial que ha convocado al concurso de la JNJ y que acaba de anunciar que se respetará el concurso —en el que los abogados amigos de IDL fueron jalados—, pero que se reformulará en una segunda etapa, buscando atraer a los mejores juristas del país.
Amigos lectores, sé que a algunos este enfoque les puede parecer exagerado. Sin embargo, es hora de dudar de todo. No puede ser que se suicide un ex presidente democrático y no pase nada. No puede ser que la amiga del IDL, Susana Villarán, confiese que recibió US$ 10 millones de la corrupción brasileña y Keiko Fujimori permanezca en cárcel por quítame esta paja.
Amigo lector, duda. La justicia está siendo controlada para encarcelar adversarios y mangonear el poder. Ya sabes quiénes son los perpetradores.
COMENTARIOS