LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Por aire, mar y tierra, el modelo bajo ataque
El Ejecutivo desarrolla estrategia de colectivizaciones
El presidente Castillo, los ministros y los militantes de Perú Libre y el Movimiento por la Amnistía de Derechos Fundamentales (Movadef), han dejado de agitar las propuestas de la asamblea constituyente y las nacionalizaciones. Es decir, han dado un paso atrás frente a la resistencia de la mayoría nacional.
Sin embargo, en las tradiciones comunistas un paso atrás solo es el recurso táctico para acumular fuerzas y luego dar dos adelante. La receta leninista es absolutamente clara. Hoy en la táctica de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y el equipo ministerial en general, avanzar hacia la constituyente pasa por la destrucción del modelo económico.
Es la manera de aumentar pobreza, generalizar el descontento y crear las condiciones a favor del relato acerca de que todo es culpa del modelo y el régimen económico de la Constitución. En ese escenario el objetivo es forzar la salida constituyente. La izquierda ha avanzado significativamente en ese camino: la inversión privada se desplomará este año, el modelo crujirá y la pobreza aumentará.
¿Cómo sigue avanzando el Ejecutivo si no se puede implementar la constituyente y tampoco ninguna nacionalización? La PCM Mirtha Vásquez, por ejemplo, ha tenido un solo objetivo: empoderar a las minorías radicales que actúan al margen de la Constitución y la ley. Desde el cierre ilegal de cuatro minas en el sur de Ayacucho hasta el bloqueo de Las Bambas, una de las diez megaminas más grandes del planeta, hay una estrategia clarísima: dejar que las minorías radicalizadas se conviertan en los protagonistas del problema minero. Incluso se prometió asesoría legal para estos sectores.
La señora Vásquez acaba de señalar que la causa del conflicto social minero está en la Ley General de la Minería. Es decir, cambiando esta norma, todo estará solucionado. Unas semanas antes, el MEF planteó una guerra del fin del mundo para subir los impuestos a la minería, que paga cerca del 47% de utilidades, una suma superior a lo que se contribuye en Canadá, Chile y Australia, países con los que competimos en captar inversiones.
Renuncia a la autoridad, empoderamiento de las minorías radicales y aumento de impuestos, es la fórmula perfecta para liquidar a la minería moderna e iniciar el camino de las estatizaciones.
En el sector Agrario se acaba de incrementar la franja de precios para el maíz, el arroz, el azúcar y la leche, cuando la ciencia económica indica, por el contrario, que se debería bajar. ¿Por qué se hizo? ¿Para crear problemas en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, principal proveedor de maíz nacional? Si algo así sucediera, ¿acaso no se estaría detonando una bomba nuclear en contra de las agroexportaciones?
En Indecopi se inicia una investigación sobre los textiles chinos. ¿Acaso puede estar en problemas el TLC con China, principal importador del cobre nacional?
Todo indica que, en la medida que no se pueden hacer contrarreformas económicas frontales, directas, la táctica de la izquierda buscará desarmar el modelo desde los márgenes. El gran problema es que la oposición no ha reparado que las corrientes colectivistas se han propuesto convertir el 2022 el año de las batallas contra el modelo económico, y no hay políticos que defiendan las inversiones o la minería de cara al país.
Capturada por las historias y relatos de la izquierda, la oposición se frivoliza y se pone a pelear por candidaturas municipales. Impresionante.
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