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Notas sobre una nueva derecha

Acerca de un nuevo agrupamiento ideológico

Notas sobre una nueva derecha
Víctor Andrés Ponce
11 de febrero del 2019

 

Luego del declive del fujimorismo, en el Perú ha comenzado un debate interesante sobre la posibilidad del surgimiento de una nueva derecha. Y si bien el panorama general nos indica que este sector en el Perú debería tener algo de los fenómenos de Trump en Estados Unidos y de Bolsonaro en Brasil, considerar que las cosas solo empiezan y terminan por allí, es caer en un reduccionismo electoral. Y con reduccionismo electoral no surgirá nada nuevo, ni por la derecha ni por la izquierda.

Una nueva derecha, entonces, debería tener al lado de cualquier fórmula electoral un intenso trabajo cultural e ideológico que galvanice el trabajo político. Por ejemplo, El otro sendero de Hernando de Soto fue, como se dice, el cemento, el fierro y los pilares del Movimiento Libertad. Sin el texto y los trabajos de De Soto no habría existido el mitin de la Plaza San Martín que convocó a banqueros e informales, ni la estrella de Mario Vargas Llosa se habría empinado con posibilidades en 1990. Pero, ¿cuál fue la clave de las tesis de De Soto? El economista peruano resolvió la relación de la derecha peruana con el capitalismo, con los movimientos populares y el mundo andino de los migrantes, mediante un nuevo concepto de informalidad y mercados populares. El mercado pasó a ser uno de los principales protagonistas de la historia.

A partir de allí la izquierda, el comunismo y los colectivismos se quedaron sin argumentos. Ni los pobres ni las masas andinas le pertenecieron más. Vargas Llosa perdió las elecciones, pero Fujimori implementó gran parte del programa fredemista con las reformas de los noventa. ¿Por qué los pequeños apuntes sobre la reciente historia? Porque algo parecido se tiene que hacer para que surja una nueva derecha en el Perú.

Hoy, si bien las tesis de De Soto siguen vigentes (más del 60% de la economía está en informalidad), es evidente que los enemigos del capitalismo a secas y del capitalismo popular con apellido no son los viejos comunismos, marxismos y colectivismos, sino un anticapitalismo mucho más sofisticado que demanda un nuevo esfuerzo de interpretación. Estos sectores, por ejemplo, han parado en seco el desarrollo capitalista en el Perú: la hegemonía ideológica que han construido ha detenido una segunda generación de reformas para relanzar el crecimiento y el proceso de reducción de pobreza. Y la cantidad de sobrerregulaciones (sobre todo ambientales) que han levantado convierten a la economía peruana en una de las más burocráticas del planeta. En este contexto han bloqueado todas las inversiones en cobre.

Una de las claves de las nuevas estrategias anticapitalistas, por ejemplo, es haber presentado una imagen de distancia entre el accionar de las ONG como IDL, Transparencia y Ojo Público —entidades claramente de izquierda— de los sectores antimineros y de las ONG abiertamente anticapitalistas. Por ejemplo, las inversiones de cobre en el Perú no se habrían detenido sin la violencia en Conga y Tía María, organizada por los organismos antimineros, y esa violencia no habría prosperado sin las teorías del “uso desproporcionado de la fuerza” de la policía que desarrolla IDL y las ONG más caviares. Una policía desarmada jurídicamente no puede defender propiedad ni inversiones. Ojo Público, por ejemplo, suele publicar artículos de colaboradores que levantan leyendas e infundios contra las inversiones, mientras pontifica sobre la verdad y la mentira periodística en una radio local. Increíble.

Bueno, el cemento ideológico de una nueva derecha deberá resolver las interrogantes sobre por qué se ha detenido en seco el desarrollo capitalista en el Perú, no obstante que podríamos crecer sobre los seis puntos y reducir mucho más pobreza. Y esa nueva derecha no necesita victorias electorales para triunfar. Las ideas mueven el mundo, y si este sector sale a pulverizar la hegemonía que han alcanzado los sectores anticapitalistas, el Perú enrumbará hacia el desarrollo.

 

Víctor Andrés Ponce
11 de febrero del 2019

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