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Las paradojas de la victoria

Sombras y luces del Ejecutivo

Las paradojas de la victoria
Víctor Andrés Ponce
24 de noviembre del 2019


La administración de facto de Vizcarra ha comenzado a perder popularidad. No sabemos si es una tendencia o la vuelta a la simple normalidad, luego del cierre inconstitucional del Legislativo. Sin embargo, a la luz de los hechos y “los logros” del gobierno de Vizcarra, es evidente que el Ejecutivo, tarde o temprano, enfrentará problemas de popularidad. Es la paradoja de la victoria luego del triunfo sobre “la minoría fujiaprista” y el cierre del Congreso: no hay enemigo a quien culpar de los problemas de gobernabilidad.

No obstante, bajo los criterios del estricto análisis, existe algo que puede jugar a favor de la administración Vizcarra: la relativa paz social del país, en comparación con los estallidos sociales en Ecuador, Colombia, Chile y Bolivia. La situación es tan particular que Lima fue elegida para la final de la Copa Libertadores. Más allá de rechazos o apoyos, el análisis no puede desconocer que estos hechos jugarán a favor del Ejecutivo.

Otro factor que llama poderosamente la atención es que el Ejecutivo –o más precisamente, el jefe de Estado– no tiene mayor control sobre las elecciones congresales del 2020. No tiene lista propia ni un candidato que se convierta en locomotora. Más allá de las declaraciones de algunos ministros en contra del JNE, no parece haber más temas oficiales en los comicios en curso.  De otro lado, los principales partidos que registran las encuestas, tienen agenda propia hacia el 2021. 

Asimismo, es evidente que la agenda política no la escribe el Ejecutivo ni tampoco una oposición hoy inexistente. La agenda sigue atravesada por la judicialización de la política y las disputas alrededor de las instituciones de justicia. Y en el corto plazo, la decisión que el Tribunal Constitucional asuma sobre la libertad de Keiko Fujimori puede desatar un terremoto político. 

Sin embargo, ¿qué efecto pueden tener estos desenlaces en la popularidad y la sostenibilidad del Ejecutivo? Todo indica que estos acontecimientos influirán cada vez menos. La administración Vizcarra se ha quedado sin enemigos y, con las semanas, carecerá de banderas porque si bien “la lucha anticorrupción” puede reavivarse, es imposible que por sí sola sostenga al Ejecutivo hasta el 2021.

Acaba de conocerse que solo se ha gastado el 14% del presupuesto de la reconstrucción del norte. El crecimiento no despega y falta más firmeza del Estado en la ratificación de la licencia de construcción del proyecto Tía María y en la voluntad de mantener el orden público en el Corredor Vial del Sur en donde se emplazan las principales minas del Perú. Igualmente, el Ejecutivo necesita dejar en claro su compromiso con la inversión, promulgando la ampliación de la vigencia de la Ley de Promoción Agraria.

¿Qué pretendemos señalar? Que la victoria política de Vizcarra sobre el "fujiaprismo” lo ha dejado sin enemigos y sin propuestas. Los ojos de la ciudadanía hoy lo miran fijamente y exigen resultados de gobierno. Si el Ejecutivo recogiera el guante estaría en inmejorables condiciones de remar con tranquilidad hasta el 2021. Parece difícil por la naturaleza del Gobierno. Veremos.

Víctor Andrés Ponce
24 de noviembre del 2019

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