LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Hemorragia de demagogia en la ONP
Congresistas crean déficit y piden maquinita de billetes
El Congreso, contra la Constitución y cualquier criterio técnico, aprobó devolver sus aportes a la ONP a los mayores de 65 años que hayan aportado menos de 20 años, una bonificación de S/. 930 soles para los jubilados y una UIT entera para todos los aportantes en general. La decisión del Legislativo demandaría gastos por más de S/ 10,000 millones y aumentaría el déficit fiscal (que rondará en 10% del PBI, por yerros exclusivos del Ejecutivo) en más de un punto.
Los mismos congresistas que pretenden liquidar el sistema privado de pensiones, en base a cuentas individuales de los aportantes, ahora exigen devoluciones individuales de un fondo común que apenas tiene recursos para pagar los tristes sueldos de nuestros jubilados. ¿Acaso con su decisión no están transformando a la ONP en un sistema de cuentas individuales? Todo tiene un claro sesgo de locura.
El sistema de reparto de la ONP, o sistema estatal, se basa en que los aportes de los trabajadores generan un fondo común con el que se paga a los jubilados. Si las pensiones de los jubilados no alcanzan es porque, antes de la pandemia, aumentaba el número de jubilados y bajaba el número de trabajadores activos que aportaban. De allí que los escasos recursos que tiene la ONP solo alcancen para pagar a nuestros ancianos jubilados. Para nada más.
Sin embargo, los argumentos de un sector de congresistas para defender su terrible decisión revelan, al menos, un grave desconocimiento de cifras y hechos, para decirlo de alguna manera. Los congresistas, casi gritando, señalaron que en el Fondo de Contingencia existían S/ 24,000 millones de la ONP. Si existiera ese dinero para disponer, en el acto, debería servir para combatir la miseria de nuestros jubilados. Pero no existe, porque el llamado Fondo Contingencia –que reúne aportes del Gobierno Central, de los gobiernos regionales y locales, y de empresas estatales– está más que sobregirado. En otras palabras, puede haber dinero contablemente, pero las deudas multiplican en varias veces el mencionado fondo.
Otro de los argumentos de los congresistas es que existían deudas a la ONP por S/ 12,000 millones, las que podían servir para la fiesta populista aprobada. Otra vez. Si se pudieran cobrar deberían destinarse a nuestros ancianos, que agonizan de miserias y privaciones. Pero tampoco se pueden cobrar. ¿De dónde sacan los nuevos paladines de la demagogia que esos montos pueden ser cobrados?
Finalmente, llegó el argumento de fondo. Si el BCR financió los préstamos de Reactiva Perú, ¿por qué no se puede financiar el déficit que crearía la decisión del Congreso? Allí está la madre del cordero. La Constitución de 1993 estableció expresamente la prohibición del BCR de financiar los déficits fiscales que creaban los políticos y otorgó autonomía total al BCR. El motivo: la Constitución de 1993 busca que no se repita la primera tragedia chavista latinoamericana, que sucedió en el Perú de los ochenta. El Ejecutivo, el Congreso y los políticos eran constructores de déficit fiscal y desgracias, y se emitía moneda para financiar el hueco. Todos sabemos que el Perú fue destruido, que la pobreza aumentó al 60% de la población, que no había arroz, azúcar ni papel higiénico, tal como sucede hoy en Venezuela.
Pero como la demagogia es efectista, se sostuvo que “si el BCR financia a sus amigos y al sector privado”, ¿por qué no puede financiar la fiesta populista? Reactiva es un sistema de créditos al sector privado para salvar empleo y cadenas de pagos. Pueden haber errores y problemas que deben investigarse, pero si existe Reactiva para salvar a los grandes, medianos y chicos, es por una sola razón: el 80% de los ingresos del Estado –con los que también se paga el sueldo de los congresistas– y el 85% del empleo lo provee el sector privado. Y si existe Reactiva para las grandes corporaciones es porque alrededor de 40 empresas pagan más del 85% del impuesto a la renta. Si el Estado les dice “cierra, no vendas y no compres”, pero siguen pagando los mismos impuestos, entonces el Estado estaría produciendo una velada forma de estatización y expropiación. Reactiva es el dinero aportado por las empresas que vuelve a las empresas. Nada más.
Amigos congresistas, entonces, cuidado con el argumento chavista. Los congresistas de Podemos, por ejemplo, en cuanto a populismo comunista, comienzan a hacerlo mejor que los militantes del Frente Amplio, y ya están incluso sobrepasando a las directivas del Foro de Sao Paulo.
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