LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
¡Grave! ¿Sin posibilidad de acuerdo?
Sigue la intensa guerra Ejecutivo - Legislativo
Al margen de la reunión y el pronunciamiento del llamado Consejo de Estado –entidad que no existe en la Constitución– sobre las reformas constitucionales en curso, es evidente que la tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo alrededor de la eliminación de la inmunidad para los funcionarios del Estado, electos y no electos, sube en voltaje y amenaza con descontrolarse.
En cualquier caso, el sector que respalda al Ejecutivo, ha salido, como se dice, a matar, exigiendo la renuncia del presidente de la Comisión Constitución, Omar Chehade. Y en el plenario del Congreso de hoy, lo más probable es que se apruebe la reforma constitucional que inhabilita para postular en las elecciones a los sentenciados en primera instancia. Sin embargo, todo indica que no habrá vencedores ni vencidos, al margen de las imágenes que determinado sector pretende dibujar.
Todos los peruanos de buena voluntad entendemos que la reforma constitucional que elimina el antejuicio a rajatabla de la Carta Política significaría el derrumbe de las instituciones republicanas. Igualmente, todos los peruanos de buena voluntad comprendemos que la única salida a este entrampamiento es un diálogo Ejecutivo - Legislativo, arriar banderas o dar un paso atrás, como suelen decir los comunistas.
Sin embargo, no hay nada parecido en la coyuntura. Y el sector que exige renuncias y retrocesos unilaterales es el que alienta la guerra y la victoria de un lado. Pero, ¿acaso esa estrategia no se desató a todo vapor antes del plenario en que se aprobó la eliminación total de la inmunidad para todos los funcionarios del Estado? ¿Por qué tendría que haber un resultado diferente hoy o mañana?
Algo que olvidan los sectores que alientan el enfrentamiento es que en las guerras populistas siempre ganará el más populista. Una pregunta: ¿Hay algo más populista y más popular que la eliminación del antejuicio a rajatabla para todos, luego de bombardear a la opinión pública con el argumento acerca de “la lucha contra la corrupción”? Si la eliminación de la inmunidad de los parlamentarios era popular, la eliminación de la inmunidad para todos es recontra popular, al margen de que implique la destrucción de la República. Ese es el camino de “las masas que reforman la Constitución”, de los referendos y las dictaduras de las mayorías. De allí que solo saldremos de esta con un pacto, con madurez. De allí que el presidente Vizcarra y los líderes políticos de los partidos del Congreso estén urgidos de gestos dramáticos.
Al margen de las encuestas y las campañas, hoy el Congreso parece tener la sartén por el mango, luego de ese movimiento que se asemeja en extremo a un jaque mate en el tablero. Puede ceder en todo, pero parece que no lo hará en la reforma del antejuicio, hasta que la coalición de partidos lo decida.
Y los frentes de batalla se irán multiplicando. Diversos analistas señalan que el Congreso, por ejemplo, avanzará en la elección de los nuevos integrantes del Tribunal Constitucional. El gran problema es que todas estas batallas se librarán con una guerra populista sin cuartel, que puede significar la destrucción del modelo económico de los últimos 30 años y los activos institucionales construidos en las últimas décadas. ¡Por favor, detengamos la autodestrucción de la República!
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