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Antipolítica y pandemia del Covid-19

Ejecutivo se enfrenta a gobiernos regionales

Antipolítica y pandemia del Covid-19
Víctor Andrés Ponce
12 de abril del 2020


Más allá de cualquier declaración oficial, es evidente que se nota desesperación en el Ejecutivo frente a los problemas que se presentan en la lucha contra la pandemia del Covid-19. Los yerros en el desarrollo de la cuarentena social se pretenden cargar a sectores de la ciudadanía que salen desesperados a hacer las compras del día. No pueden comprar para la quincena como los sectores mesocráticos.

Recientemente, desde el Ejecutivo se pretendió cargar la responsabilidad del escaso equipamiento de los hospitales en provincias a los gobiernos regionales, señalando la poca capacidad de ejecución presupuestal. Y Pilar Mazzetti, presidenta del Comando Covid-19, pechó a los gobernadores regionales, nombrando oficiales militares en los comandos Covid de Loreto, Lambayeque y Arequipa. Las autoridades civiles fueron excluidas. Los gobernadores regionales, en el acto, emitieron pronunciamientos nacionales y los gobernadores de la macroregión sur tocaron tambores de guerra.

De otro lado, el Congreso ingresó a una espiral populista e irresponsable aprobando normas que buscan popularidad, como si la campaña electoral estuviese en momento álgido. Las normas sobre las AFP y los peajes apuntan en ese sentido. Aprobación con aprobación se combate, parece ser la consigna.

¿Qué significa este escenario en medio de la lucha contra la pandemia del Covid-19? Que no existe política. Si no existe desde el 2016, ¿por qué habría de existir en esta terrible coyuntura? Una idea de la política es que en situaciones de este tipo se conoce el nervio de una élite. El Ejecutivo sigue siendo el principal responsable del entrampamiento por su desesperación en la lucha contra la pandemia. Sin equipos de protección especial para médicos, personal de salud, militares o policías –por no haber comprado con antelación– el Gobierno solo apuesta por la cuarenta, ignorando que la sociedad reventará si no se empieza a mover el aparato económico.

En ese sentido es hora de precisar y reajustar diversas cosas. Antes vale precisar que solo un alunado pretendería el fracaso del Ejecutivo –para que caiga el rival– a sabiendas que ese fracaso sería una tragedia para los ancianos, los más pobres y los más desvalidos. Pero es hora de que el Gobierno entienda que la guerra es política y sanitaria, de ninguna manera militar. ¿Por qué?

El Perú necesita utilizar correctamente los pocos recursos con que cuenta. Por ejemplo, las escasas pruebas moleculares deberían utilizarse para aislar el virus en las comunidades y establecer cuarentenas focalizadas. Si un ciudadano con síntomas se somete a prueba y sale positivo, entonces, se debería aislar a la familia; luego –si es necesario– a los barrios, manzanas y distritos. Con pocas pruebas moleculares se puede desarrollar esta estrategia. Lo mismo vale para mercados, comedores populares.

Pero todo es política, no solo para aislar al virus, sino también para repartir la ayuda social. Se requiere de los dirigentes de barrios, de los comedores populares, de los mercados y de otros sectores. ¿Cómo entonces pueden producirse semejantes encontronazos entre los gobernadores regionales y el Ejecutivo?

Asimismo, la política que posibilita desarrollar una estrategia de abajo hacia arriba para aislar al virus con pocas pruebas moleculares es el único camino para reactivar la economía. En la minería, la pesquería y la agroindustria se podría regresar a producir a plenitud utilizando pruebas moleculares a cargo de las propias empresas que, por su naturaleza económica, tienen niveles de aislamiento social importantes.

En cualquier caso, es hora entender que la guerra contra el virus es una guerra sanitaria; pero que requiere de la política, sobre todo en el Perú. No estamos en Wuhan, una provincia con más población que la del Perú pero que puede ser aislada militarmente, porque el Estado Comunista Chino tiene una población de más 1,300 millones de habitantes.

Víctor Andrés Ponce
12 de abril del 2020

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