LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
El Presidente y el Congreso
Extrañas entregas de credenciales
En un acto inusual –no hay antecedentes históricos– el presidente Vizcarra se hizo presente en la ceremonia en que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) entregó las credenciales a los nuevos miembros del Congreso. Extremadamente inusual, porque el Congreso es un poder autónomo del Estado y el JNE es una entidad que no solo debe ser autónoma, sino también parecerlo. La presencia de Vizcarra en la juramentación desató una serie de especulaciones y el gesto de Martha Chávez, congresista de Fuerza Popular, de negarse a tomarse una foto con el Presidente, desencadenó las más extendidas adhesiones y rechazos.
Lo cierto es que la instantánea de la entrega de credenciales parecería indicar que el jefe de Estado querría dejar en claro su papel tutelar en el próximo Congreso y, de alguna manera, resucitó la tesis conspirativa acerca de que el jefe de Estado pretende perpetuarse en el poder. Sin embargo, esa tesis parece irreal. Si hubiese un presidente Vizcarra liderando la reconstrucción del norte, la atención a los huaicos en el sur, el combate a la ola criminal que inunda a nuestras ciudades, quizá la aproximación conspirativa tendría cierta verosimilitud. Sin embargo, tal como se presentan las cosas, el mandatario parece más empeñado en sobrevivir en el futuro a través de determinadas apuestas en las elecciones del 2021.
No obstante, vale anotar que el futuro de las relaciones Ejecutivo - Legislativo de ninguna manera podrá reproducir el libreto pasado, que culminó en el cierre del Congreso el pasado 30 de setiembre. Las razones son varias: el nuevo Legislativo no carga los pasivos del pasado Congreso; y el Ejecutivo, luego del próximo 28 de julio, se convertirá en una especie de “pato cojo”, sin capacidad de presión sobre los legisladores porque ya no tendrá la facultad de disolución legislativa.
Vistas las cosas así, es evidente que la reforma política propuesta por la Comisión Tuesta tendrá pocas posibilidades de prosperar. Quizá el indicador más preciso sea que empieza a surgir una mayoría congresal a favor de mantener los principios básicos de la inmunidad parlamentaria como uno de los ejes claves del equilibrio de poderes.
A estas alturas ilusionarse con las relaciones Ejecutivo - Legislativo puede ser un error. Todos sabemos que no serán armónicas, pero igualmente entendemos que hay poco espacio para las sumisiones y los enfrentamientos abiertos. Quizá lo más importante del legado de ambos poderes sea restablecer parte del equilibrio de poderes (por ejemplo, nombrar a los integrantes del TC) y organizar unas elecciones impecables hacia el 2021.
Si se logran esos objetivos el legado de ambos poderes perdurará en el tiempo.
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