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El auto arrinconamiento de Fuerza Popular

Los sorprendentes errores de la mayoría legislativa

El auto arrinconamiento de Fuerza Popular
Víctor Andrés Ponce
28 de septiembre del 2018

 

Fuerza Popular ha sido arrinconada por el presidente Martín Vizcarra y el Ejecutivo con la iniciativa de las cuatro reformas constitucionales de los sistemas de justicia y político. El repliegue del fuerzapopularismo es una verdad del tamaño de una cordillera. Las encuestas lo reflejan, más allá de los infladores y pinchazos que se utilizan. Quizá en las historias de las democracias existan pocas experiencias en que una mayoría legislativa se haya visto obligada a aprobar un paquete de reformas constitucionales planteadas por otro poder del Estado. Y peor aún, en plazos perentorios. El Perú ha escrito una extraña página sobre los gobiernos divididos y la división de poderes en las repúblicas, en la que el Legislativo ha sido maltratado por única y exclusiva responsabilidad de Fuerza Popular. En el análisis no puede haber un ángulo diferente.

¿Por qué se ha presentado semejante coyuntura? Seguramente la coalición mediática gestada en contra de la Ley Mulder —que prohíbe a rajatabla la publicidad estatal en los medios privados— señalará que sus campañas de demolición contra el Congreso han rendido sus frutos. Media verdad. Los asesores marxistas de Vizcarra inflarán el pecho y afirmarán que todo tiene que ver con su sapiencia. Media, media, pero media verdad. En realidad el Congreso se hunde en la desaprobación por los errores acumulados por Fuerza Popular, es un desastre organizado a pulso y por mano propia.

El Congreso bajó la cerviz ante el Ejecutivo porque la mayoría legislativa en el Congreso renunció al principal deber de cualquier mayoría: transformar el país y liderar las reformas. Una mayoría que tiene los votos para concretar las reformas en una democracia no puede calcular en función de respaldos o rechazos, porque empieza a morir. La prueba de esta afirmación es que Vizcarra hoy aparece como el reformador, y no una de las mayorías legislativas más abrumadoras de nuestra historia.

Se señala también que el obstruccionismo, la soberbia y la prepotencia comenzaron a construir el descrédito del Congreso y de Fuerza Popular. Demasiado media verdad. Quienes han leído historia saben que la oposición del fuerzapopularismo al Ejecutivo frente a las desarrolladas por el Apra en el siglo pasado es como pretender comparar a un adolescente con un gladiador en la arena. Sin embargo, el Apra nunca perdió el vínculo con sus electores y con el pueblo, porque nunca renunció a su programa, a transformar el país. El Apra quebró su relación con los ciudadanos solo cuando se desató la corrupción en los ochenta.

El fuerzapopularismo, pues, no quiebra la relación con sus electores por obstruccionismo y sectarismo, sino por un pecado mortal en democracia: la renuncia a transformar el país.

Ahora bien, ¿por qué una mayoría legislativa renuncia a transformar a un país? En el fuerzapopularismo se dice que estaban demasiados ocupados defendiéndose del intento caviar de judicializar a Keiko Fujimori y a los dirigentes de su partido. Otra media verdad. En realidad Fuerza Popular no lideró las reformas porque no tenía una identidad ideológica que le permitiera entender que en el Perú —como en todos los países de América Latina— se libra una batalla feroz entre capitalismo y anticapitalismo, y que nuestra sociedad necesita una segunda generación de reformas —con urgencia— para cerrarle el paso a las propuestas antisistema. Esa ausencia de ideología lleva a los cálculos utilitaristas, a los populismos y todos los pragmatismos autodestructivos.

Y esa ausencia de ideología evita la organización, la institucionalización de un partido popular, tal como sucede ahora con Fuerza Popular. En vez de empoderar a la ideología, el poder solo se concentra en el líder y en el círculo íntimo de la cúspide. El resultado: un partido desorganizado y sin capacidad de movilizar a sus militantes.

¿Semejantes aproximaciones significan el Apocalipsis de Fuerza Popular? De ninguna manera. Si el fuerzapopularismo convierte el Congreso en el centro de las reformas, si logra polarizar el debate en la sociedad entre propuestas prosistema y antisistema, logrará reconciliarse con sus electores. Y si se dota de una base ideológica podrá lanzarse a organizar los comités de bases de cara hacia el 2021. En otras palabras, Fuerza Popular, para reinventarse, necesita hacer todo lo que parece haber negado desde las elecciones del 2016. Veremos.

 

Víctor Andrés Ponce
28 de septiembre del 2018

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