LA COLUMNA DEL DIRECTOR >
Consecuencias de la falta de oposición
Instituciones bajo presión política
Las noticias acerca de que el magistrado Carlos Ramos, del Tribunal Constitucional (TC), ha elaborado una ponencia en la que “constitucionaliza” el argumento sobre “la denegación fáctica de la confianza” que utilizó el Ejecutivo para cerrar el Congreso y el retroceso de la Comisión Especial encargada de seleccionar a los integrantes de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) en la juramentación de dos elegidos, simplemente ponen los pelos de punta a cualquier ciudadano que pretende defender la Constitución y la ley.
Los argumentos se acumulan uno tras otro, pero quizá valdría formular algunas preguntas para entender la gravedad de la situación. Por ejemplo, ¿cómo se puede “constitucionalizar” una denegación de confianza de hecho, cuando la Carta Política establece la negación expresa? ¿Cómo se puede autorizar la juramentación de cinco integrantes de la JNJ y negar ese mismo derecho a otros dos que fueron seleccionados con la misma normatividad y criterios con los que se eligió a todos? Algo grave sucede con las instituciones tutelares de nuestra organización republicana, incapaces de soportar las presiones que se suelen presentar en cualquier sociedad con intensas disputas.
Aquí no hablamos de intransigencias sino de retrocesos que llevan a desfigurar la Carta Política –como en el caso de “la negación fáctica”– y del absurdo paso atrás de la Comisión Especial encargada de la selección de los integrantes de la JNJ.
¿Cómo entender esta situación? La explicación inmediata de estos hechos remite a las presiones de un sector político de gran influencia mediática, que suele torcer el funcionamiento de las instituciones de acuerdo a sus intereses políticos. Es una parte de la verdad. La otra tiene que ver con la ausencia de una representación opositora. Hoy existen algunas voces, pero nadie logra asumir el liderazgo ni el rostro de la oposición.
De alguna manera las posibilidades de una oposición política se difuminaron luego de las elecciones del 2016, porque entre el oficialismo y las fuerzas opositoras se desató una guerra. Ya todos sabemos cómo terminaron las batallas y los vencedores de esa ocasión.
En este contexto, la ausencia de un contrapeso político determina que solo un sector político ejerza presión sobre las instituciones del sistema republicano. Y la debilidad y fragilidad de los presionados determina que, en muchos casos, la Constitución y las leyes se conviertan en factores relativos. Dependen de las circunstancias.
Desde la República romana la idea de los contrapesos entre los poderes, entre los cónsules y los senadores, siempre explicó la continuidad de las instituciones. En ese sentido, en las próximas elecciones al Congreso, en la conducta del nuevo Legislativo, de alguna manera, se juega la posibilidad de volver a las sendas constitucionales y la construcción de instituciones republicanas.
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