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Bancada PPK y núcleo marxista de Palacio

Tensión entre Palacio y bancada PPK

Bancada PPK y núcleo marxista de Palacio
Víctor Andrés Ponce
09 de noviembre del 2018

 

Hoy resulta incuestionable que en Palacio de Gobierno existe un núcleo marxista que rodea al presidente Vizcarra y que desarrolla una estrategia propia, cabalgando sobre la polaridad política, la urgencia de ciertos medios por el subsidio estatal y el pánico de algunos encumbrados ante la investigación Lava Jato. Si hay dudas de esta aproximación, ¿cómo se puede explicar el repentino distanciamiento de Palacio de la bancada pepekausa alrededor del tema de la bicameralidad?

Después de que el Tribunal Constitucional estableciera la inconstitucionalidad de la interpretación sobre la cuestión de confianza sancionada en el Reglamento del Congreso, los congresistas de PPK señalaron que era hora de salvar la bicameralidad porque Vizcarra y el Ejecutivo apuestan, en el referéndum de diciembre, por el “sí” en las tres primeras preguntas, pero por el “no” en la fórmula de la doble cámara. Con esta propuesta, la tan mentada reforma política queda bastardeada: se mantendría un parlamento unicameral, pero sin reelección congresal. Terrible.

La bancada pepekausa, pues, salió a diferenciarse del Ejecutivo, pero Vizcarra les dijo nones. El objetivo del Gobierno y del núcleo marxista nunca no fue la reforma política, sino controlar instituciones: la no reelección permite desorganizar a las bancadas —sobre todo a la mayoría legislativa— e intentar un control directo del Legislativo para avanzar sobre otras entidades (Ministerio Público, por ejemplo). La anulación del indulto a Fujimori y la detención provisional de Keiko Fujimori forman parte de esta estrategia.

Pero, ¿cómo así Vizcarra ningunea a su propia bancada? Al jefe de Estado, al parecer, no le interesa la gobernabilidad sino la popularidad para seguir soñando con el 2021. En ese camino, la bancada pepekausa, más que un activo, es un problema. El jefe de Estado y su equipo marxista sufren de soroche por los triunfos políticos recientes.

El objetivo de Vizcarra, antes que la reforma judicial o política, es que la consulta popular castigue al Legislativo con la no reelección congresal. Pretende alargar hasta el infinito el choque con un Legislativo derrumbado por sus propios errores para seguir echando mano de las oportunas encuestas de Ipsos. Si en ese camino se abre la posibilidad de disolver el Legislativo se crearían las condiciones más favorables para el extraño proyecto que parece impulsar el jefe de Estado.

Si erráramos en la aproximación, Vizcarra hoy, en base a su fuerza y respaldo popular, estaría convocando a la unidad nacional del país y a la movilización de las instituciones para organizar la gobernabilidad y desarrollar las urgentes reformas económicas, políticas e institucionales que demanda la sociedad. El Presidente, por el contrario, necesita —al igual que todos los caudillos plebiscitarios de la región— que la unidad y las instituciones pasen por su figura y por el Ejecutivo.

Sin embargo, el equipo marxista de Vizcarra comete un gravísimo error: considerar que las victorias solo se explican por aciertos propios. No consideran la suma de errores de Fuerza Popular, posiblemente únicos en el planeta. De otro lado, el encarcelamiento de la dirigencia fujimorista no libera el camino al núcleo marxista que solo cree en el poder. De ninguna manera. En el Perú existe, posiblemente, una de las derechas más poderosas del continente, que ha estado dormida por la polarización fujimorismo versus antifujimorismo. Asimismo dos décadas de democracia han creado una reserva institucional que comenzará a aflorar. Por ejemplo, es casi seguro que los magistrados probos del Poder Judicial y el Ministerio Público harán polvo los juicios políticos que impulsan IDL-Reporteros y los marxistas encaramados en Palacio.

Si las cosas avanzan de esta manera, Vizcarra y el núcleo marxista no tendrán tiempo para concretar su proyecto. Sobre todo considerando que han abandonado la gobernabilidad: crecimiento, reconstrucción, seguridad ciudadana, lucha contra la anemia y otras urgencias. Veremos.

 

Víctor Andrés Ponce
09 de noviembre del 2018

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