Juan Sheput

¿Sin cultura podemos ser desarrollados?

¿Sin cultura podemos ser desarrollados?
Juan Sheput
26 de marzo del 2015

Mientras un país exitoso cultiva el disenso aquí la intolerancia se enseñorea.      

Hay quienes piensan que el paso de los años contribuye a nuestra maduración. No es así. Basta con observar nuestro desenvolvimiento ante una serie de hechos que nos acontecen para concluir que nuestro país sigue congelado en la inmadurez. Visto de otra manera,  si se reeditara el clásico libro de Luis Alberto Sánchez “Perú, retrato de un país adolescente”, tendría absoluta vigencia. Sería un libro, para nuestra realidad, intemporal.

El Perú atraviesa por una grave crisis cultural. El crecimiento económico, del cual hemos gozado durante más de una década, ha producido un tipo de sociedad ajena a valores culturales, que busca entre sus líderes políticos y empresariales a quienes cultiven un pragmatismo que arrasa con cualquier tipo de principio ético. Todo vale con tal de hacer dinero. Todo vale con tal de incrementar la renta. La sostenibilidad y el desarrollo son palabras molestosas. Lo que ignoran quienes pregonan eso es que así cualquier tipo de crecimiento económico es pasajero. Peor aún, no aprendemos de las lecciones de la historia: no es la primera vez que una bonanza económica es pasajera, es inútil para construir desarrollo.

Hace 30 años un libro marcó la discusión del desarrollo en América Latina. Lawrence Harrison en su obra “El subdesarrollo es un estado de la mente” planteaba aquellas cosas que nos anclaban a la pobreza. Mencionaré algunas que, a raíz de hechos recientes, demuestran que estamos en esa senda, la de la precariedad. Mientras un país desarrollado y exitoso cultiva el disenso aquí la intolerancia de uno y otro bando se enseñorea. Se insulta, siendo incapaz de debatir con altura y argumentos. Pongo como ejemplo el tema de la unión civil donde los insultos fueron de un lado a otro. Según Harrison mientras que en las sociedades exitosas el disenso es motor del progreso, en las naciones subdesarrolladas  el herético es un delincuente, un sujeto peligroso para el sistema.

Por otro lado cuando todo gira alrededor del dinero la cultura pasa a un lugar secundario. Los murales no interesan y los parques tampoco. Se entiende el bienestar como la billetera llena cuando se sabe hasta la saciedad que la pobreza no sólo es una cuestión de dinero. Planteamos un fortalecimiento institucional y no nos damos cuenta que las instituciones la hacen los seres humanos y que estos tienen que tener, por lo menos valores éticos bien interiorizados. Nos debatimos en una especie de círculo en donde no se quiere ver por donde se debe empezar. Se confunde instrucción con educación y educación con cultura cuando todas son cosas distintas. Hay gente educada, sin instrucción y hay gente que ha estudiado en los mejores colegios sin una pizca de cultura.

Necesitamos referentes que alumbren y deslumbren con su comportamiento. Ellos son, por ahora, un bien escaso.

Ojalá entendamos que el inicio es la cultura. Todo lo demás vendrá por añadidura.

 

Por Juan Sheput
26 - Mar - 2015  

Juan Sheput
26 de marzo del 2015

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