Juan Sheput

Censura y mesa directiva

Censura y mesa directiva
Juan Sheput
31 de marzo del 2015

Sobre la institucionalidad democrática y la posible censura al Gabinete Jara.       

Deberíamos acostumbrarnos a entender que la democracia tiene una serie de mecanismos que le permiten su fortalecimiento. Son instrumentos que, con el objeto de poner un marco al comportamiento de los seres humanos, se han diseñado para lograr su institucionalización. La censura ministerial es uno de ellos. A veces se trata de tachar a un ministro por su incompetencia. A veces se trata de enviar un mensaje al gobierno. ¿El objetivo? La enmienda de rumbos, sobre todo cuando los tropiezos y yerros no son excepcionales sino cotidianos.

Independientemente de los resultados de la moción de censura a la señora Ana Jara, hay algunos puntos que es necesario precisar. Primero, que hay posiciones mayoritarias que reconocen la calidad personal de la presidenta del Consejo de Ministros. Segundo, que a pesar de sus esfuerzos, estos no han alcanzado para influenciar a aquellos que, de manera real, llevan las riendas del gobierno, es decir Ollanta Humala y su entorno más íntimo. Tercero, que es notorio que los asuntos vinculados a inteligencia, el caso de Martín Belaúnde Lossio, el olvido en que ha caído el caso López Meneses y lo enredado que están los procesos a Orellana y César Álvarez, han ido envolviendo sistemáticamente al Ejecutivo en una bruma de desaciertos, distracciones y desconcierto. Ello ha resentido de la marcha del gobierno. No es desatinado señalar que el exceso de ruido político, la antesala de un año electoral y la incompetencia en los más altos niveles del oficialismo han originado, en parte, la desaceleración económica. Más allá de los programas sociales, no hay nada, absolutamente nada, que se esté haciendo en pro de lograr un mayor bienestar en la sociedad. Y lo de los programas sociales viene con su carga de contaminación pues todo parece indicar que su impulso viene de la necesidad de mejorar la popularidad del gobierno, del clientelismo.

Visto así, es necesario enviarle un mensaje al gobierno del presidente Humala. Sea cual sea el resultado de la moción de censura, ante la opinión pública el Gabinete está en problemas. Y se requiere de nuevas personas para buscar un re-enganche con la ciudadanía. Como es obvio, esa persona no puede ser Ana Jara. Ella ya cumplió. Está recibiendo el reconocimiento respectivo y a la vez aprendiendo a conocer a los Judas de los que estuvo rodeada en el Gabinete.

Finalmente para la oposición la censura es la primera fase de un proceso: aquel que culmina con la elección de la próxima Mesa Directiva del Congreso. Censura y elección no son hechos aislados sino complementarios con un solo objetivo central: consagrar la plena independencia de los poderes del Estado.

 

Por Juan Sheput
31 - Mar - 2015  

Juan Sheput
31 de marzo del 2015

NOTICIAS RELACIONADAS >

Defendiendo a Dina: la falacia ad hominem

Columnas

Defendiendo a Dina: la falacia ad hominem

Una falacia es simplemente un engaño, una mentira, una farsa. L...

05 de abril
Desorden gubernamental

Columnas

Desorden gubernamental

El espacio público conformado por medios de comunicación...

22 de marzo
El Congreso y su falta de legitimidad

Columnas

El Congreso y su falta de legitimidad

Las decisiones políticas, para ser aceptadas, requieren de legi...

15 de marzo

COMENTARIOS