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Dilemas pepekausistas

Dilemas pepekausistas
Víctor Andrés Ponce
26 de octubre del 2016

Entre el artificio mediático y la tarea de gobernar

La convocatoria presidencial del Consejo de Estado para abordar la lucha contra la corrupción y la negativa a asistir de Luz Salgado, presidenta del Congreso, de una u otra manera, resucitaron el escenario en que “la administración PPK se enfrentaba a una mayoría legislativa fujimorista con voluntad obstruccionista”. Si alguien tuvo la intención de reeditar los momentos previos al voto de investidura del Gabinete Zavala y de la delegación de facultades legislativas está cometiendo un error que le puede costar demasiado al nuevo gobierno. La gente ya no va a creer.

Después del audio de Carlos Moreno, ex asesor presidencial, en el que hablaba de “negociazos” en el sector salud, jugar a los artificios mediáticos ya no sirve para nada. Muy por el contrario, un PPK que pide disculpas por el error del nombramiento de Moreno habría sonado sincero y habría valido más que decenas de consejos de estado contra la corrupción.

En la administración PPK existe tanta obsesión con la aprobación ciudadana que, en realidad, se está convirtiendo en una venda que impide ver la realidad. Ciertos ministros, por ejemplo, consideran que la eficiencia y el éxito nacen de la relación con los medios. Y nadie puede gobernar de esa manera un país desorganizado— económica, política y socialmente— por la pasada experiencia nacionalista.

El gobierno entonces debería abandonar el consejo izquierdista que señala que salvo la aprobación todo es ilusión. Y debería abandonarlo por la sencilla razón de que solo una administración que asume una actitud de guerra frente al desastre nacionalista puede asegurar la gobernabilidad y, finalmente, pelear por mantener o incrementar la aprobación.

Semejante decisión implica dejar de mirar al Congreso como el blanco que se golpea para salvar la coyuntura, y empezar a escrutar con detenimiento los planes y objetivos en cada ministerio; remover a una burocracia nacionalista que, tarde o temprano, detonará cargas explosivas contra la administración; y organizar un eje de poder en el Ejecutivo, un mando en el mejor sentido de la palabra.

Si el jefe de Estado tiene la voluntad de delegarlo todo, está en su derecho; pero esa delegación debe tener un plenipotenciario, un jefe de gobierno que ponga en vereda al ministro que cree que ha empezado su campaña presidencial. De lo contrario, los yerros se acumularán uno tras otro, tal como ha venido sucediendo.

Por ejemplo, en esta semana tenemos dos imágenes: el Consejo de Estado contra la corrupción y la instantánea del vicepresidente Martín Vizcarra, que llega a Las Bambas en representación del Estado luego del abandono nacionalista. ¿En dónde debería concentrar el seso y la energía la administración PPK?

Todos estamos de acuerdo que se debe sostener una lucha feroz contra la corrupción. Pero creer que el asunto se resuelve con más leyes y sanciones es como pensar que el desborde de la criminalidad que padece el Perú se soluciona con un decreto legislativo. Y eso no es así. La foto contra la corrupción dura una semana, quizá dos o tres, hasta que salga el nuevo Moreno.

En realidad la verdadera lucha contra la corrupción se producirá con un Estado que se centraliza en objetivos claros y precisos (por ejemplo la desregulación del Estado y la eliminación de una burocracia enemiga del país), y con un mando político y cronogramas establecidos.

Para resolver el conflicto social en Las Bambas el Estado está obligado a centralizar los objetivos la acción estatal; es decir, a adoptar el método de trabajo requerido para luchar contra la corrupción. No hay otra manera de enfrentar las amenazas en contra de este megaproyecto minero, que aporta 1.5% al PBI peruano.

Es evidente, pues, que el esfuerzo estatal en Las Bambas le aporta mucho más a la gobernabilidad y, más adelante, también a la popularidad presidencial que un Consejo de Estado convocado para las fotos de los amigos de la media.

 

Víctor Andrés Ponce

 
Víctor Andrés Ponce
26 de octubre del 2016

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