Chumbivilcas sigue reduciendo pobreza

Las condiciones de vida de los pobladores del distrito de Livitaca, en la provincia de Chumbivilcas (Cusco), están mejorando notoriamente y día a día gracias al aporte de las inversiones mineras. Las comunidades Huaylla Huaylla y Llankute, del distrito de Livitaca, cuentan ahora con servicios de agua potable y tratamiento de aguas servidas, como pocas en la serranía andina. El proyecto de saneamiento —con una inversión de S/ 970,000— beneficiará a las viviendas y edificaciones públicas del lugar. La obra consiste en reservorios de agua, baños higiénicos completos y 3,500 metros de tuberías que se conectan con cada domicilio y edificio público. Además, se ha previsto que las aguas servidas provenientes de este sistema tendrán un tratamiento primario por medio de tanques biodigestores. La importante obra de salubridad fue ejecutada gracias al Convenio Específico de Cooperación entre la Municipalidad Distrital de Livitaca y la empresa minera Hudbay Perú.

No es la primera vez que Hudbay participa directamente en estos proyectos que brindan bienestar a los poblados de influencia minera. Desde el inicio de sus operaciones, en el 2009, esta empresa se ha convertido en el principal socio del desarrollo de los poblados ubicados alrededor de la mina Constancia. Hudbay Perú ha firmado numerosos convenios de cooperación con diferentes distritos de la provincia de Chumbivilcas, por montos mayores a los S/ 10.5 millones. Los distritos de Livitaca, Velille y Chamaca —por ejemplo— han recibido de Hudbay maquinaria y equipos agrícolas para expandir en más de 72 hectáreas las actividades agrarias que desarrollan sus pobladores. Además, los agricultores del distrito de Livitaca cuentan ahora con un sistema de riego por aspersión que hará que sus sembríos resulten más productivos. Es un proyecto realizado bajo la modalidad de Obras por Impuestos y cuyo costo es de S/ 1.2 millones.

Uno de los mayores objetivos de Hudbay y de las comunidades de influencia minera, es convertir a la zona en un corredor alpaquero y ganadero. Para eso, en Huaylla Huaylla se han entregado esquiladoras portátiles, afiladoras, peines para camélidos, cortantes y generadores portátiles. Estos instrumentos están mejorando y multiplicando la producción de fibra de lana de alpaca.

El compromiso de la inversión minera no solo es con las actividades económicas de los pobladores, sino también con la educación. Hudbay y la Municipalidad Distrital de Livitaca han organizado un centro preuniversitario para mejorar el desempeño educativo y para corregir las deficiencias de sus estudiantes. De acuerdo a la Evaluación Censal de Estudiantes 2016 (ECE), realizada por el Ministerio de Educación, en Chumbivilcas un 62% de escolares de segundo de secundaria desaprueban en matemáticas, mientras que un 42% tiene enormes dificultades para entender lo que lee. Frente al fracaso de la escuela pública en la provincia de Chumbivilcas, numerosos estudiantes de los dos últimos años de educación secundaria ahora reciben clases con la finalidad de postular al programa Beca 18 y a las diversas universidades del país.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el 2009, la pobreza alcanzaba al 85.7% de la población de Chumbivilcas. Cuatro años después, en el 2013, según el Mapa de Pobreza Provincial y Distrital, la pobreza en Chumbivilcas se redujo al 50.7% de la población. ¡Una disminución de 30% en cuatro años! Esos es solo una muestra de cómo las inversiones mineras desempeñan, en su zona de influencia, el papel del Estado, que lamentablemente ha demostrado su incapacidad para resolver los problemas de las poblaciones alejadas.

No obstante, el relato del radicalismo antiminero pide más intervención del Estado y menos presencia de las empresas mineras en la actividad económica del país. Por eso esos radicales son el principal enemigo del bienestar social y de la reducción de la pobreza en Perú.